Abierto de australia
Federer, cambios a la desesperada
El suizo, después de un 2013 pésimo, modificó su pretemporada, usa una raqueta más grande y ahora escucha los consejos de Stefan Edberg
enrique yunta
Ha resucitado tantas veces como se le ha dado por muerto, tenista infinito que se empeña en sonrojar a los que le condenan . Roger Federer, a sus 32 años, está más cerca que nunca de Roger Federer con todo lo que ello implica, jugador ... irrepetible del que ya se hablaba en pasado.
Pero sigue viviendo en el hoy, en este ahora que no le esperaba, semifinalista de Australia y el que mejor lo ha hecho hasta la fecha en Melbourne. El suizo, relegado a un segundo plano porque las últimas portadas han sido para Nadal, Djokovic y a veces Murray, asumió que las cosas no funcionaban y cambió a la desesperada, convencido de que había perfume en ese frasco.
Despidió 2013 con sólo un titulo y de rango menor (Halle) y apenas dio alegrías. Rompió con Paul Annacone , con quien trabajó durante tres años y que le llevó a su séptimo Wimbledon para instalarse otra vez en el ático de la ATP, y se tomó un tiempo de reflexión.
Para 2014, nueva pretemporada, nueva raqueta y nuevo técnico, medidas de urgencia para no perder el tren. Compitió en Brisbane y se dejó de exhibiciones multimillonarias, aliviado porque su cuerpo, por fin, se expresaba sin molestias físicas.
Se gustó con una nueva herramienta de trabajo, un poco más grande que la anterior y con la que se siente cómodo, aunque bromea cuando le preguntan una y otra vez por ello. «La raqueta no va a correr por ti», sentencia.
Y realizó una llamada a Stefan Edberg para ver qué tal les iba juntos. «Tuve la idea. ¿No sería increíble que mi ídolo de juventud pasara una semana conmigo? Me alegró que accediera. Pasamos unos días juntos, hablamos sobre mi tenis e intercambiamos unos puntos de vista», desveló. Ahora, el sueco es su entrenador, una leyenda con seis grandes al servicio del más laureado de todos los tiempos.
El resultado es este Federer, que desata pasiones en Melbourne, estilizada su figura mientras Mirka, su mujer, espera el tercer hijo de la pareja. «Sentí que estoy de nuevo bien físicamente. Y explosioné sobre la pista. Puedo llegar a las bolas y no siento miedo a no alcanzarlas», cuenta.
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