WIMBLEDON
El año mágico de Murray
El escocés, casi un año después de liberarse en los Juegos Olímpicos, conquista al fin Wimbledon y ya se siente un grande
E. YUNTA
Fue, durante mucho tiempo, un perdedor para los británicos, cansados porque no había héroes locales desde 1936. Ahora, Andy Murray es un héroe, campeón por fin en Wimbledon después de derrotar a Novak Djokovic en la final, eterno porque el triunfo tiene un ... valor incalculable. Supone la consagración del escocés, un grande desde que se liberó en los Juegos Olímpicos. Ha sido el año de la metamorfosis, el año mágico de Murray.
En parte, expulsó la maldición con ese oro en la hierba . Fue su primer triunfo importante, su primera foto de nivel al derrotar en la final Roger Federer con una exhibición memorable. El 5 de agosto de 2012, Murray dio el primer paso hacia el paraíso, conquistado este domingo con la victoria de su vida.
De por medio llegó el US Open, estrenado de una vez por todas el palmarés de Grand Slams . Murray ganó precisamente ante Djokovic y lo hizo en cinco sets, asustado cuando se puso con dos mangas por delante y le tocaba rematar. Se fue al vestuario cuando el serbio le empató y se dijo a sí mismo que ya no podía fallar más, que era el momento de dar un paso al frente.
Y Murray lo ha dado. Después de perder la final de Wimbledon el pasado curso, lanzó una profecía que sonó a algo real: «Cada día estoy más cerca», se entendió en su discurso , la reflexión del eterno aspirante que siempre acababa llorando. Murray sabía lo que decía y ya tiene su foto con la copa dorada en la central del All England Tennis Club.
Condenado a vivir en la época dorada del tenis, ensombrecido por la rivalidad entre Federer y Nadal y luego por Djokovic, Murray creció desde la exigencia. Su infancia quedó marcada por el tiroteo en el colegio de Dunblane, su pueblo, y Murray ha mirado siempre al frente. Pasó por Barcelona, en donde se formó como tenista en la academia Sánchez-Casal , y ahora dignifica el orgullo de los británicos. Ya le quieren, definitivamente es uno de los suyos.
Murray se ha pasado los últimos años respondiendo siempre lo mismo. Fred Perry pasó a ser un compañero más de viaje y ahora, 77 años después, le da la mano y le releva en el historial, demasiado tiempo para los británicos. A sus 26 años, Murray tiene 28 títulos y es el número dos del mundo.
«No me puedo creer que haya ganado Wimbledon. Es una sensación única, el mayor éxito de mi carrera. Creo que este partido va a ser el más difícil que jugaré en mi carrera», reconoce el campeón, todavía en una nube. «Es la cima del tenis. Todo el mundo quería ver aquí un ganador británico y sólo puedo dar las gracias a todos, y a la gente de mi equipo, en especial a Ivan Lendl».
Es el colofón a un viaje mágico que empezó con la derrota ante Federer. « El año pasado fue uno de los más duros de mi vida . Hoy, no sé cómo conseguí ganar ese último juego, tras un partido tan duro, de tantos intercambios largos. Ha sido extra duro». Ya es un grande con todas las letras, ya es el héroe de Wimbledon.
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