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París reivindica el revés a una mano

Ocho de los 16 jugadores de octavos recuperan para el tenis un golpe que parecía terminado: el revés a una mano

París reivindica el revés a una mano efe

laura marta

Roger Federer, Stanislas Wawrinka, Richard Gasquet, Tommy Robredo, Nicolás Almagro, Tommy Haas, Mikhail Youzhny, Philipp Kohlschreiber. Ocho de los últimos 16 jugadores que quedaban vivos en los octavos de Roland Garros demostraron su calidad técnica y su agresividad con un golpe que parecía ... tener sus días contados, el revés a una mano. Por calidad, naturalidad y por belleza, siempre fue uno de los favoritos de los estilistas del tenis y de sus más antiguos practicantes. Sin embargo, en las últimas dos décadas los métodos de entrenamiento impusieron las dos manos para seguridad, facilidad y control de los que empezaban a practicarlo.

La llegada de Andre Agassi supuso un antes y un después en la historia reciente del tenis. No solo por su alegría en el juego sino porque impuso las dos manos para enfrentarse a finos estilistas como Pete Sampras , adalid del revés a una mano, junto a otros campeones como Stefan Edberg, John McEnroe, Thomas Muster o Boris Becker. El tenis, más agresivo a partir de esos años, necesitaba de un golpe con el que dar firmeza y protección al jugador y ofrecía la posibilidad de ser más versátil en la pista. Los tiempos de saque y volea se extinguían. Aunque también Jim Courier, Bjorn Borg o Mats Wilander habían conseguido mucho éxito.

Se observa la paradoja de que golpear con una sola mano es un movimiento más natural porque no necesita que las dos extremidades, y por tanto la coordinación de todo el cuerpo, orienten sus esfuerzos hacia la pelota. Y sin embargo, requiere de una mayor preparación técnica y más confianza en uno mismo pues se carece de la ayuda que otorga la otra mano, y con una sola el golpeo puede desestabilizarse más si los nervios atenazan al jugador.

A pesar de que, a priori, podría pensarse que dos manos dan más velocidad a la pelota, durante este Roland Garros se observa que, más bien al contrario, los reveses a una mano suelen ser más rápidos en su preparación y más definitivos en su terminación. Bien es cierto que con dos manos se consigue envolver más a la pelota y, por tanto, se logran mayores efectos, como muy bien lo demuestran Rafa Nadal y Novak Djokovic, en la lenta tierra batida de Roland Garros estos efectos dan más tiempo al rival para responder al ataque. Y con el revés a una mano, al no necesitar llegar tan cerca de la pelota, se convierte en un arma mortífera para evitar la respuesta del contrincante. En cuartos, Federer, Wawrinka, Robredo y Haas volverán a reivindicar el revés a una mano frente a los de «nueva escuela», los Djokovic, Nadal, Tsonga y Ferrer de dos.

París reivindica el revés a una mano

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