El afán y el deber de abonar la línea continuista

El equipo de Gonzalo García tuvo contra el Palencia, en uno de esos días marcados en rojo en el calendario, la capacidad y virtud de corregirse. Patinó en Torrelavega, mostrando la versión más desdibujada de la temporada, y supo enmendarse ocho días después ante su público sellando la fisura del rebote, por la que se había desangrado en tierras cántabras, gracias al trabajo gremial de todos los jugadores. Que Hughes, un perimetral, fuera el máximo reboteador de los verdiblancos con siete rechaces subraya como el equipo al completo se involucró en la tarea pese a las ausencias de los interiores Álex Suárez y Rubén López, lesionados. Con el Palencia de testigo y víctima, el Betis demostró una vez más que no le importa bajar al barro para defender y puede frenar a sus rivales por debajo de la cota de los 70 puntos.

Al repasar el roster del Betis antes del comienzo de la temporada, se podía pensar que este plantel tan nutrido de exjugadores ACB y sobrado de talento para anotar se la jugaría en partidos de alto volumen de anotación, pero nada más lejos de la realidad, al menos por ahora. Este Betis que se ha exigido el ascenso desde el kilómetro cero apenas ha superado la frontera de los 80 puntos en dos partidos, los disputados en casa, solventados sin apuros: por 19 le ganó al Tizona Burgos y por 17 al Palencia, al que obturó hasta anular a partir del segundo cuarto. Hughes rentabilizó al máximo su oportunidad saliendo en el quinteto inicial (21 puntos y siete rebotes) y entre Renfroe y Cvetkovic se aliaron en perfecta sociedad para imponer el ritmo que más le interesaba en cada momento a los verdiblancos, reuniendo entrambos 25 puntos y 12 asistencias. Al norteamericano le gusta jugar más rápido que el serbio, pero si son capaces de conectar con los pívots para surtirlos de balones y asistencias, la vida se vuelve más sencilla para los albiverdes.

Todo le salió a pedir de boca al Betis Baloncesto, obligado al pleno en este díptico en San Pablo por dos razones: porque los grandes objetivos se cimentan en casa y porque, superada esta página del calendario, luego tocará abrocharse los cinturones para medirse consecutivamente al Movistar Estudiantes en Madrid y al San Pablo Burgos en Sevilla. Un doble examen que determinará la altura competitiva de este Betis. Antes, no puede descuidarse ni bajar la guardia contra este Cartagena de Jordi Juste que se ha estrenado en la categoría, tras el ascenso de la pasada primavera, con un parcial favorable de 3-2 que lo ha colocado noveno, en zona de play off.

Los murcianos se han mostrado de lo más competentes en su casa (pleno de triunfos en tres jornadas) y parecen moverse bien en partidos que oscilen en torno a los 75 puntos. Así, bajo esas modestas coordenadas, se apuntó las tres victorias que contabiliza. El Alicante, el Monbús Obradoiro y el Hestia Menorca cayeron en la tela de araña del cuadro cartagenero, cuya invulnerabilidad se ha diluido, sin embargo, a domicilio: cayó de 28 en Orense (101-73) y por 11 en Zamora (94-83). Juega un baloncesto vertiginoso, tiene una importante base de jugadores nacionales y sólo cuatro extranjeros: el anotador Hermanson (42% en triples), el ala-pívot neerlandés Van Eyck, el siete pies francés Smallwood y el nigeriano Ugochukwu, el interior que aporta capacidad física y atlética, así como rebotes y puntos. De hecho, es el máximo productor del Cartagena con 10,6 puntos de media.

A ese póquer de jugadores hay que sumar a Álex Jordá, un anotador, y Sediq Garuba, hermano del internacional español Usman, que aporta defensa e intensidad al perímetro. Si un recién ascendido a una liga tan competida como esta Primera FEB suma ya tres victorias, no hay duda de que está haciendo las cosas muy bien. Avisado queda el Betis Baloncesto, que sólo ha patinado una vez y ha ganado de varias formas, jugando mejor y peor, pero siempre activando la variable de la seriedad defensiva como cordón umbilical de sus cuatro triunfos. Esa solidez es el gran valor de un plantel con amplio repertorio de anotadores (Benite y Hughes, los líderes) y siempre muy exigido, obligado a ganar en prácticamente todas las jornadas para no perder la pista de sus rivales directos. Nunca puede levantar el pie del pedal de la ambición, y mucho menos jugando en casa, donde se asientan las bases de las temporadas exitosas.

La primera victoria en Primera FEB del CB Naturavia Morón se demorará al menos una jornada más. A la sexta tampoco fue la vencida. No era este sábado, desde luego, el día más propicio para romper la mala dinámica ya que los hombres de José Santaella visitaban al Club Ourense Baloncesto, segundo clasificado, ante el que no tuvieron opciones (99-66). Los gallegos, muy superiores, dominaron todas las facetas del juego con los sevillanos especialmente desafortunados desde el triple. Acabaron el partido sin anotar ninguno (0/15). La buena noticia en los moronenses fue el esperanzador debut de su último fichaje, el senegalés Pape Badji, que con 13 puntos, cinco rebotes y 16 de valoración se convirtió en el mejor de los visitantes.