¿Qué pasó con... Juan Luis Aguirre?

¿Recuerda sus inicios en el remo?

Sí, me acuerdo. Mis tíos pertenecían al Círculo de Labradores, a mí me gustaba correr y tenía un compañero en la clase que también remaba. Fue probar, me enamoró y me quedé enganchado.

¿Qué significa Anchoa para usted?

Todo. Tengo muchas anécdotas. Me quedo con el vuelco que le dio a la Sevilla-Betis y, por otra parte, con la organización en dos meses de un campeonato del mundo de piragüismo y remo.

¿Qué recuerdo guarda de Barcelona’92?

Compartirlo con mi familia y con mi novia entonces, mi mujer ahora. Me acuerdo de la eliminatoria, que ganamos con el cuarto o mejor quinto tiempo. Fernando Climent decía: «No hemos ganado el Tour, pero sí una etapa». Y la inauguración, el desfile en Montjuic fue muy emocionante. Con el paso de los años se recuerda de una manera más mágica todavía.

¿Su logro más importante fue la plata del Mundial de Sevilla?

Sí, sí. Mi mejor recuerdo a nivel deportivo junto a los Juegos. Y además, la emoción de la regata, de cómo ganamos la plata: íbamos quintos a los mil, cuartos faltando quinientos metros... Teníamos la seguridad de que el segundo puesto tenía que ser nuestro y así fue.

En la Sevilla-Betis ha sido remero, capitán, entrenador, ahora en los veteranos...

Y director un año. Menos remero y entrenador del Betis...

Habrá sevillistas que se pregunten cuándo cambiará la tendencia en la regata.

Creo que está al caer. Quizá no sea este año, quizá sí. Si no, apostaría por el que viene. Tal como viene la inercia de las nuevas generaciones, la próxima década tiene que ser de balance positivo para el Sevilla. Con el club hay conversaciones para la compra de un nuevo bote y esperemos que se puedan plasmar la próxima temporada.

Bote propio tiene el equipo, ¿no?

Sí, pero ya tiene unos años y se compró cuando teníamos un equipo de peso más elevado. La quinta actual es un poquito más ligera.

¿Le gusta el recorrido actual?

Sí. Con el antiguo tienes la añoranza si lo has remado, pero nada tiene que ver con la capacidad de seguimiento del actual. Se puede seguir hasta el final. Todo el mundo echa de menos que la meta sea en Triana, pero éste tiene el recorrido por el centro de la ciudad y el otro salía de la zona del puerto, que ya no es navegable a nivel deportivo.

¿Quién le inculcó el sentimiento sevillista?

Siempre digo que fue el destino. Si era de algún equipo de pequeño era del Real Madrid porque mi padre era muy madridista. Yo quería remar la regata. En el juvenil del Sevilla no estaba hecho el equipo, entré ahí y por eso digo que el destino me puso en el buen camino. Ya, desde entonces, sevillista al cien por cien. Me quedo con el Sevilla, transmite mucho más. No hay color.

Y al equipo, ¿lo ve y lo sigue con asiduidad?

Sí, sí, lo sigo. Lo que sí es verdad es que, en mi época, cuando ganábamos al bote del Betis, el sentimiento sevillista de la tripulación a nivel futbolístico era bajo. En cambio, ahora, no se puede imaginar cómo lo viven los chavales. Recuerdo que, yendo en la motora en los entrenamientos, me preguntaban que cómo iba el equipo si estaba jugando en ese momento.