Esbozos y rasguños

Ya fue, ya es

Tiene Guardiola por delante una reconstrucción de lo más enigmática porque el fallo es tan colosal que uno ni siquiera puede identificar cuál es el problema de este Manchester City

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Mbappé y Rodrygo celebran un gol frente al Manchester City AFP

El temido Manchester City, al final, fue el rival que más fácil se lo ha puesto en el Bernabéu al Real Madrid en lo que llevamos de temporada. Compareció un equipo sin alma, desconectado, irreconocible e inoperativo. Una sombra de un viejo conocido del que ... ya no queda apenas nada. Ni presionó, ni atacó, ni parecía tener demasiadas ganas de pasar a la siguiente ronda. Sin fe y sin estilo. Se estudiará el monumental colapso de este equipo. Tiene Guardiola por delante una reconstrucción de lo más enigmática porque el fallo es tan colosal que uno ni siquiera puede identificar cuál es el verdadero problema de este Manchester City que se arrastró de una manera indolente e impropia por el Bernabéu. Reducir todo a la baja de Rodri sería caer en el pensamiento mágico. El City ya fue.

Y el Madrid estuvo tan cómodo ante los mancunianos que por momentos pareció un partido amistoso de verano. Fue un encuentro espléndido el de los blancos. El Madrid mostró una superioridad aplastante, un dominio total, por momentos hasta redundante. Acostumbrados a que cada partido contra los ingleses fuera un vietnam, como morder un cable del tendido eléctrico, el ambiente que se respiraba en el estadio era de cierta perplejidad y extrañeza. Tras tantas noches de bruxismo, nadie esperaba una velada tan plácida en la que descansar a pierna suelta por la Castellana. El City fue una goma elástica dada de sí y ni era divertido poder entrenar con ella. El mayor suspense que se vivió durante el partido fue intentar adivinar los cambios de Ancelotti. Y lo único a lamentar acabó siendo la baja de Bellingham para la ida de octavos.

Fue un partido de esos por el que te hacen pasar por debajo del futbolín. Un repaso. Mbappé certificó con tres goles, de distinto estilo cada uno, que ya es el de antes. A lo mejor durante el primer tramo de la temporada estuvo afectado por el mismo misterioso virus que ahora parece haber contraído el City y por el que te vuelves irreconocible sin que haya un diagnóstico demasiado claro. Salió el francés del campo con el público en pie, algo del todo impensable hace apenas mes y medio.

Lo que sí parece claro es que Valverde no se moverá ya del lateral en lo que queda de temporada para los partidos importantes. Con el uruguayo atrás la defensa blanca gana consistencia y aplomo. La capacidad que tiene el 8 blanco para mostrarse competitivo en cualquier puesto donde le pongan es asombrosa. Lo mismo juega de volante, que tira faltas, que luce bajando al barro como lateral, que te monta en casa un armario de Ikea si le llamas un sábado por la mañana. Es un líder callado, de los que saben que no existe orden más efectiva que el ejemplo. Limpia, fija y da esplendor.

El Madrid sabrá el viernes si se enfrenta al Atlético de Madrid o al Bayer Leverkusen en octavos de final. Simeone y Xabi Alonso ya asoman amenazantes en el horizonte. Se acabaron los aperitivos. Empieza lo emocionante, empiezan las noches que no se olvidan. Que suenen las trompetas.

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