Esbozos y rasguños
Y Modric todavía estaba allí
El Madrid jugó con once camisetas, sí, pero no siempre con once jugadores. Como durante toda la temporada, por otra parte. Y aun así, le costó un mundo imponerse a un Sevilla que parece abandonado
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Iniciar sesiónUn Madrid de naranja fue casi incapaz de doblegar al peor Sevilla de la década, jugando prácticamente la mayor parte del partido con dos futbolistas más sobre el campo. Hubo hasta «olés» en la grada ante las posesiones largas de su equipo, producto de ... la fallida e inoperante presión del conjunto blanco. Es un buen resumen de la extraña temporada del Madrid y de su aún más desconcertante cierre. La presión ha brillado por su ausencia durante todo el año, y solo los chispazos de sus individualidades —Mbappé en esta ocasión— han mantenido a flote un equipo sin discurso, sin identidad y sin automatismos.
Puede que el jugador que más aprovechó los minutos brindados en el Sánchez Pizjuán para reivindicarse (aparte de un Mbappé que juega mejor sin Vinícius) fuera, precisamente, el que menos lo necesitaba de todos: Luka Modric. El croata volvió a dar un recital de juego, pases y sentido común. Sigue jugando al fútbol como si su madre estuviera a punto de llamarle desde el balcón para subir a cenar. Ya se comenta que Xabi Alonso ha pedido su renovación. Habrá a quien le sorprenda esto. Para mí, lo verdaderamente sorprendente sería que Xabi Alonso estuviera enamorado de cualquier otro centrocampista del equipo viendo los partidos de este año. De cara a la próxima temporada, el mejor centrocampista en la plantilla es Modric… y puede que el segundo mejor sea el propio Xabi Alonso.
Lo de Modric no es un ataque de romanticismo. No es por lo que fue, sino por lo que sigue siendo. Nunca he sido muy dado a renovar jugadores «por todo lo que nos han dado». Pero a este paso, el único capaz de filtrar un pase decente entre líneas va a ser un recogepelotas. Creo que, muchas veces, hay que decir adiós a las leyendas, por doloroso que esto sea. Modric, en este caso, debe seguir por puro y frío rendimiento, un análisis despojado de cualquier sentimentalismo. Es el único jugador de la plantilla actual que no se ha lesionado ni un solo día esta temporada, un logro que solo comparte con «chavalines» como Endrick, Güler y Fran García, siendo además el croata el que más minutos ha disputado de este selecto grupo.
El Madrid jugó con once camisetas, sí, pero no siempre con once jugadores. Como durante toda la temporada, por otra parte. Y aun así, le costó un mundo imponerse a un Sevilla que parece abandonado a su propia suerte. Si esto no resume la temporada, poco le falta. Hay partidos que se ganan por insistencia, otros por talento y algunos simplemente por vergüenza torera. El de Sevilla fue de los últimos: un ejercicio de supervivencia disfrazado de jornada liguera.
Y mientras tanto, como el dinosaurio de Monterroso, ahí sigue Modric: bajando el balón, usando el exterior, levantando la cabeza.
En su libro sobre Nueva York, Carmen Martín Gaite apuntaba para sí misma: «Tienes que acordarte siempre de que la única manera de empezar a ordenar el caos es: 1) encender la luz sobre él y 2) sentarse».
Modric es la luz sobre el caos. Ahora toca sentarse y empezar a ordenar todo lo demás.
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