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esbozos y rasguños

Elogio de la imperfección

«Marcelo, al ser preguntado hace poco por un jugador que le hubiera sorprendido durante sus 15 temporadas en el Real Madrid, destacaba por encima del resto a dos: Isco y Modric»

La pausa

Cosas veredes

Javier Aznar

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No sé cuál es mi 'zona de confort', si es que acaso tengo una, pero diría que una rueda de prensa de Ancelotti se debe aproximar bastante a eso. Me encantaría tener la diplomacia de Carletto. Saber despachar con inteligencia y educación ... cualquier pregunta impertinente o tema incómodo. Fue preguntado en la víspera del encuentro contra el Betis por el caso Jon Rahm y con su respuesta consiguió al mismo tiempo no decir nada y decir todo, hacer reír a una sala llena de periodistas y no enredarse dando toques de más cual Dani Ceballos; incluso se permitió elogiar el juego del de Barrika sin haber cogido un palo de golf en su vida. Y encima es que te lo crees. Parece fácil, pero si es fácil, ¿por qué tan pocos entrenadores lo saben hacer? Ancelotti lo consigue sin forzar. Suelta lo que a priori podría sonar a perogrullada («el mundo está cambiando y va a seguir cambiando»), pero luego te quedas un rato pensando en esa idea, tratando de leer entre líneas. Ahora que nos comunicamos entre ladridos e insultos, que estamos cómodos en la incomodidad de nuestra trinchera y que la ironía es la forma más débil de acusación y la pose retórica posmoderna de referencia, es refrescante toparse con un Ancelotti. Ojalá fuera como él durante las cenas de Navidad.

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