Esbozos y rasguños
La cuerda floja
«¿Era Yoro o nadie? ¿Se fichan oportunidades o se cubren necesidades? ¿El futuro de Tchouaméni pasa por el centro del campo o por la defensa?»
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Iniciar sesiónMilitao estuvo toda la semana en la cuerda floja tras llegar tocado de sus compromisos con la selección brasileña. Al final pudo ser de la partida en San Sebastián y jugó los 90 minutos (o los que sean con los descuentos actuales). Acabó el partido ... con alfileres, aguantando y mostrando evidentes gestos de dolor, con miradas de ligera preocupación entre el banquillo. Un banquillo en el que se encontraba un Vallejo que parece más un extintor tras una vitrina de cristal que un central con opciones reales de jugar. El brasileño hizo un esfuerzo por el equipo, apretó los dientes y logró terminar el partido contra la Real Sociedad. La pregunta que se impone ahora, sin embargo, es saber si a estas alturas de la temporada merece la pena estar metidos ya en este tipo de sacrificios y gestos heroicos. Si no es, tal vez, algo exagerado con el calendario en la mano.
Porque estar forzando la máquina a mediados de septiembre parece un poco innecesario. Pero es la situación en la que el Madrid se ha visto inmerso. Queriendo o sin querer. La realidad es que con Alaba fuera de combate (y sin unas expectativas muy claras de un regreso cercano) y con Vallejo más de atrezo que como una opción a tener en cuenta, la lista de centrales queda reducida a la mínima expresión, pareciendo la obra de un artista minimalista; te tienen que explicar muy detalladamente qué se pretende conseguir con esta ausencia de elementos. Se fue Nacho a Arabia, se fue Rafa Marín a Nápoles, se lesionó de gravedad el prometedor Joan Martínez y Yoro acabó en Manchester. Y al final no vino nadie para ocupar ninguno de estos huecos. ¿Era Yoro o nadie? ¿Se fichan oportunidades o se cubren necesidades? ¿El futuro de Tchouaméni pasa por el centro del campo o por la defensa? Porque si algo ha quedado claro con Alaba o con Lucas Vázquez es que lo de la polivalencia y el poder jugar en distintas posiciones tiene algo de mito. El panorama por delante puede terminar siendo francamente agotador si cada semana va a ser un quebradero de cabeza confeccionar la defensa sin recurrir a parches o machadas como la de Militao en el Reale Arena.
Con el resultado favorable y con Militao lesionado, Ancelotti prefirió no dar ni un minuto de juego a Vallejo. Lo cual es una opción razonable y respetable. Pero entonces, ¿cuándo va a jugar? ¿Por qué cuenta igual de poco que hace dos temporadas ahora que hay dos centrales menos en la rotación? Es una pregunta legítima que todo madridista se hace.
Porque se pueden elogiar los muchos aciertos recientes del Real Madrid y se puede señalar que su gestión con los centrales este año sea entre temeraria e imprudente. Se puede creer que Vinicius merece más respeto y se puede decir que mandar callar a una nueva afición más tras marcar un gol es echar gasolina al fuego. Se puede pedir y desear la renovación de Ancelotti y se puede no estar de acuerdo con él en ocasiones. Lo que nunca se puede es ser del Real Madrid y caer en el conformismo.
El equipo está caminando por la cuerda floja. Sabemos que se maneja bien en el alambre. Pero lo peligroso es perderle el respeto al vacío.
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