Bellingham, el cinco disfrazado de nueve

El otro gran interrogante prepartido era saber quién haría de Militao, en el primer encuentro sin el brasileño. Lo previsible era que Ancelotti mantuviera el estatus marcado meses atrás, y eso hizo. Rudiger, por delante de Nacho. La sensación con el germano es que es Beckenbauer en las noches grandes, pero un defensa más ante rivales de aguas menores. Debe subir su rendimiento.

El Madrid llegó tres minutos tarde al partido, los que necesitó el Almería para recordarle que el encuentro había comenzado a las 19.30 horas. Un contragolpe de manual, iniciado en Maximiano, continuado por Akieme y Robertone y rematado por Arribas a la red de Lunin. Kroos, al trote cochinero en su carrera junto al excanterano, llega tarde al testarazo de Sergio. El repliegue del resto del equipo también dejó bastante que desear. 1-0.

El Madrid se rehízo adueñándose del balón y volcando su juego por la banda derecha, su autopista en este inicio de temporada. La mezcla Carvajal, Valverde, Rodrygo ha encajado como el limón al 'gin tonic'. De las botas de los dos primeros nació el empate blanco, obra de Bellingham en el minuto 19. Centro del lateral a la frontal del área, cabeza de Valverde, clavícula de Jude, con carambola en Chumi para dejarle el balón muerto, e interior de su pierna derecha para ponerla en la esquina de la portería. 1-1

El Almería reclamó posición antirreglamentaria de Bellingham y contacto con el brazo, no con el hombro, pero ni una ni otra. Gol legal. A diferencia de San Mamés, Bellingham no abrió sus brazos ni se dirigió a la grada para celebrar el empate. Tocaba recoger el balón y llevarlo al centro del campo. Tenía aún deberes pendientes. ADN Real Madrid a pesar de llevar tres telediarios en el club. Ha nacido.

El Madrid tuvo el segundo poco después, en un disparo seco, raso y cruzado de Rodrygo, rápido en el movimiento y a la hora de armar el pie. El balón le hizo una carantoña al palo derecho de Maximiano, pero no hubo flechazo. Tampoco en otra del brasileño al filo del descanso. Disparo fuerte y a media altura, repelido por los puños duros del guardameta luso.

Entre ambas ocasiones, los mejores minutos del Almería. La pausa de hidratación no le sentó muy bien al Madrid, pero encontró en Lunin a su inesperado mini héroe. Cuatro buenas paradas del ucraniano a Babá, Robertone, Ramazani y, otra vez, Robertone. El realizador pinchaba a Kepa tras cada acción salvadora del ucraniano. Le iba la marcha.

En el 45 +5, justo antes de que Sánchez Martínez mandara a ambos equipos a los vestuarios, Kroos dejó un putt en la red del Almería, previó toque en el interior del palo. 1-2 que anuló el colegiado murciano, tras revisar la jugada en el VAR, por pisotón de Carvajal sobre Akieme en el embrión de la jugada. Discutible. El contacto se produjo después de que el lateral blanquirrojo soltara el balón.

El descanso bajó el ímpetu del Almería y devolvió el tempo y el mando del duelo al Madrid. Un partido a 34 grados acabaría cayendo como fruta madura en el cesto blanco. No hay equipo en España y, seguramente en Europa, con más físico que los blancos. Era una cuestión de paciencia y tiempo. En concreto, quince minutos.

En el 60, el ataque al espacio libre y la cabeza de Bellingham, tras recibir un buen centro de Kroos, puso en ventaja al Madrid. Ayudó Maximiano, imprudente en la salida. Esta vez Jude sí abrió los brazos y estiró su camiseta en la zona del escudo. Para completar el pack, gesticuló con su mano en la oreja que le siguieran pitando. Es adictivo este chaval.

También abrió los brazos Vinicius. El brasileño sigue inmerso en ese periodo de adaptación que necesita en su nueva zona de acción, pero goles como el de ayer le ayudarán a ganar confianza. Cercano al punto de penalti, control, giro e interior a la escuadra de Maximiano. Colaboró Édgar con un mínimo roce en la trayectoria del balón. 1-3 y tres puntos más al petate.