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Supercopa de España

Recital de medianías

Si solo hubieran jugado la prórroga habría sido suficiente para el espectador, los noventa minutos reglamentarios fueron soporíferos

Fernando R. Lafuente

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Llegaron a la final los invitados y se convirtieron, así, en protagonistas. Lo que provocó un gesto de arrogancia, por parte del siempre discreto entrenador del Barcelona, un comentario fuera de tono. De la final, nada. Un recital de medianías. Si solo hubieran jugado la ... prórroga habría sido suficiente para el espectador, los noventa minutos reglamentarios fueron soporíferos. Como suelen ser los derbis entre estos dos. Se miran demasiado, se temen demasiado, se paran demasiado y fallan en el área contraria demasiado. Fue, como definió Borges la guerra de las Malvinas; «la lucha de dos calvos por un peine», hasta la prórroga que se animó algo, pero algo que, casi, fue nada. Sin ritmo, sin espacios, imprecisos, reiterativos –en esto el Madrid destacó su ineficacia o vaya a saber uno qué– balones desde los laterales al área, allí donde estaban Oblak, Felipe y Giménez.

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