Real Madrid
Italia se rinde a Carlo V: «Gracias por existir»
Quienes hoy lo exaltan, en otros tiempos lo insultaban, pero el entrenador italiano ni se inmuta: sigue las lecciones de su maestro el entrenador sueco Nils Liedholm, un apasionado de la astrología
3-1: Milagro y revolución del Real Madrid
Ángel Gómez Fuentes
Italia se rinde ante Carlo Ancelotti. Los italianos deseaban la victoria del Real Madrid frente al Manchester City. Hoy en la calle, hablando con la gente, se percibe cierto orgullo en Italia por el triunfo en el Santiago Bernabéu porque se considera, justamente, que además ... de los jugadores y el público, también contó el italiano que se sienta en el banquillo. Aunque en esa apoteósica noche, Carlo V, como lo llaman ahora en el país transalpino, estuvo siempre en pie con calma casi seráfica, sin inquietarse nunca, ganándole la partida a Guardiola. Un reflejo de ese orgullo italiano por Ancelotti es el comentario del director del diario Corriere dello Sport, Ivan Zazzaroni, quien hoy en un artículo titulado «Ancelotti, gracias por existir», escribe que, para narrar lo que se vio en el Bernabéu, hubiera sido necesaria una canción y la poesía de Lucio Dalla: «Habría escrito sobre la luna y de la magia y del cielo y las estrellas». Zazzaroni, periodista muy popular porque es también comentarista televisivo, describe así la emoción con la que vivió el partido: «La prórroga que parecía imposible la viví como un madridista ultra, y me tienen que perdonar si vitoreé descaradamente, sin vergüenza, a Carlo el italiano, gritando como un loco el 3-1 de Benzema. Fui de parte, sí, y hasta el final. Rara vez -añade Zazzaroni- he asistido a partidos como este, sintiendo emociones que creía absorbidas por el tiempo, nuevamente apasionado por el deporte más emocionante y atractivo del mundo», sentencia el director del Corriere dello Sport.
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Raramente en Italia un personaje público, y menos en el mundo del fútbol, cuenta con la unanimidad en los elogios. Así lo hizo, por ejemplo, Fabio Capello, exentrenador del Madrid, comentarista de Sky Sport: «Me gustó este Real, jugó con determinación. La victoria ha sido bien merecida». Capello destacó la suerte que acompaña a Ancelotti: «Tuvo el golpe de suerte en el momento justo; la suerte de Carletto es famosa, lo que le permite volar».
Lecciones magistrales
Hoy todos elogian a Ancelotti, pero no siempre fue así. Quienes hoy lo exaltan por su excepcional palmarés, en otros tiempos lo insultaban. Antes de obtener el consenso generalizado del que ahora goza, Ancelotti fue observado con cierto recelo y a sus victorias le ponían peros a menudo. «No es un entrenador, sino un gestor de campeones», han dicho algunos. Quienes así lo critican olvidan que Carlo Ancelotti fue entrenado en la Roma por el sueco Nils Liedholm, un centrocampista subcampeón del mundo con Suecia, derrotada por Brasil (5-2) en el Mundial de 1958. Liedholm fue un entrenador clave para Ancelotti, su maestro fundamental, del que más aprendió y tiene muy presentes sus lecciones. Así lo explicó él mismo en una entrevista al Corriere dello Sport: «Era un gran personaje. Tuvo mucho interés por mí y se entretenía mucho tiempo conmigo. Me daba consejos tácticos, técnicos, humanos. Tenía una ironía formidable. Sabía quitarle tensión y presión al equipo. Valdría la pena -añadía Ancelotti- explicar eso a los entrenadores de hoy, que viven febrilmente, bajo una serie de tensiones muy fuertes y muchas veces condicionados por el clima psicológico de los periódicos y de las ciudades».
El temperamento y la tranquilidad que habitualmente muestra Ancelotti desde el banquillo o en el césped, es también enseñanza de Liedholm: «Yo creo que es correcto no convertir un equipo de fútbol en un ejército. La disciplina está bien, pero si se basa en la responsabilidad de los individuos y no sólo en las multas. Liedholm era capaz, si sentía un exceso de tensión en el vestuario, de hacer que el médico contara un chiste... Sin duda, es el entrenador del que más aprendí, sobre todo a nivel psicológico y temperamental. De Arrigo Sacchi aprendí mucho desde el punto de vista técnico”, concluye Ancelotti.
Magia en lugar de astrología
El entrenador sueco era un apasionado de la astrología. La estudiaba porque para el fútbol es fundamental, según explicaba: «Los grandes centrocampistas son del signo zodiacal Libra. Nunca había visto jugar a Falcao (llegó a ser uno de los más grandes centrocampistas de la historia del fútbol de Brasil). Lo fiché porque su signo era Libra. Los grandes atacantes pertenecen al Escorpión: Van Basten, Maradona, Riva». Pero Nils Liedholm era también flexible y sabía regirse por otros parámetros, como en el caso de Ancelotti, que es del signo Géminis por haber nacido el 10 de junio de 1959, en Reggiolo, en la región de Emilia-Romagna: «Quería fichar a Ancelotti, fui a verlo -contó Liedholm-, parecía inteligente pero no muy inteligente como un gran centrocampista. Luego fui a su casa, vi a su familia, vi cómo obedecía a su abuela, una gran señora emiliana, y lo contraté».
No hay duda de que Carlo Ancelotti sigue al pie de la letra las lecciones de Liedholm, salvo en la pasión del entrenador sueco por la astrología. Ancelotti confía más en la magia del Bernabéu.
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