Camavinga se sale del guion

Allí, Sofía, Celestino, Eduardo y sus cuatro hermanos vivieron inicialmente en Lille. Posteriormente residieron en fougeres, en la Bretaña. Allí, Eduardo comenzó haciendo judo, pero pronto aconsejaron a sus padres que jugara al fútbol, pues tenía unas condiciones físicas idóneas y el balón podía ser su futuro . Brillaba como centrocampista y como delantero. Había visión en ese consejo, pues acertaron de pleno.

Tras jugar cinco años en el Drapeau-Fougeres, algo vio el el Stade Rennais, el Rennes, para ficharle. Con un talento precoz, comenzó en el filial, pero debutó con el primer equipo en la Ligue 1 francesa el 6 de abril de 2019. Se convirtió en el futbolista más joven en disputar un encuentro del campeonato francés, con con dieciséis años, cuatro meses y veintisiete días, superando el récord de Mbappé con el Mónaco. Y el 8 de septiembre de 2020 debutó con la selección absoluta francesa y se transformó en el jugador más joven de la campeona del mundo, con 17 años, 9 meses y 29 días, desde 1945. El Real Madrid lo tenía en su objetivo y lo ha fichado un año más tarde.

Lo que no esperaban muchos es que Camavinga luciera tan rápido, con 18 años, en las facetas más complicadas, las creativas. Porque Eduardo ha destacado esencialmente en Francia como medio centro defensivo, destructivo, dada su potencia física. Un robador de balones que iniciaba el contragolpe con su velocidad en el centro. En teoría venía como relevo de Casemiro o para apuntalar un dole pivote. Y lo que ha sucedido es que Ancelotti lo ha utilizado en su otro rol, como interior, y ha explotado de manera impresionante, inesperada incluso para los más optimistas del lugar. Debutó frente al Celta y marcó un gol. En San Siro dio el pase decisivo para que Rodrygo firmara la victoria.

En el club están boquiabiertos de forma positiva. Un jugador de 18 años que pide todo el rato el balón a sus compañeros veteranos, empezando por Benzema y acabando por Modric. Posee un personalidad que rememora a Uli Stielike, quien también exigía la pelota desde el primer entrenamiento al lado de Santiago Bernabéu para imponer su carácter en el equipo siendo un veinteañero. Camavinga pide el esférico con descaro. Y en esa ansiedad se sitúa demasiado cerca de Casemiro y se pisan la manguera . El brasileño, sabedor de lo que le sucede al chaval, le da la pelota a seis metros aunque sería más efectivo mandarla a otro lado del campo, a otro jugador.

En ese anhelo juvenil por tener el balón y dar pases arriesgados, el francés de origen angoleño genera algunos problemas defensivos para el Real Madrid cuando el rival caza su pase y comienza un contragolpe. En su obsesión por construir deja huecos en defensa, se olvida de su faceta destructiva. Son defectos que Ancelotti corrige delante de él con vídeos, diálogo y entrenamiento táctico, al igual que hace con otros compañeros.

El quid de la cuestión es que el club blanco descartó a Odegaard como sustituto de Modric y se ha encontrado a «Cama» , ya le denominan así en el campo, como el relevo ideal gracias a su alto ritmo ritmo de juego, su desparpajo, su magia y una calidad en ataque desconocida para el aficionado madridista. Tiene pase intencionado, posee visión de jugada y la plasma con valentía, sin temor al corte del contrario. Dispara sin preocupación. Presenta la osadía del joven de 18 años y la muestra, no se corta ante los jefes veteranos. Así es el futbolista que quiere el Real Madrid, echado para adelante, sin miedo.

El muchacho disfruta al jugar al lado de hombres de tanta clase y ese nivel superior le permite hacer combinaciones, paredes e intentar cosas que en el Rennes no podía hacer. Está como un chico con zapatos nuevos. El Real Madrid es la horma de su zapato.