Sevilla FC - FC Barcelona: El Sevilla abre el tarro de la ilusión con una goleada al campeón (4-1)
Primera victoria de los hombres de Almeyda en su estadio esta temporada, segunda consecutiva en Liga, en un partido redondo, lleno de compromiso y enamorando a la grada
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Iniciar sesiónEl Sevilla de Matías Almeyda no es un equipo al uso. Ha agarrado un alma guerrera, peleona y victoriosa que hacía demasiado tiempo que no se veía por el Sánchez-Pizjuán. Vencer al actual campeón de Liga, pese a las ausencias que ... tuviera en su once inicial, no está al alcance de casi nadie, golearlo, una quimera. Pues este Sevilla parece hecho para retos imposibles. La primera victoria de la temporada en Nervión sólo podía ser de este modo, avasallando a todo un Barcelona, que se pudo llevar un saco si Isaac está algo más acertado en el primer periodo, pero que igualmente tuvo el empate en un penalti desperdiciado por Lewandowski. La grada sevillista festejó como casi ni se recuerda. De verdad, de corazón. Con unos gladiadores de blanco que se dejaron el alma en la hierba y elevaron al Sevilla para marchase al parón en la mejor situación de los últimos años. Aunque parezca increíble, un solo hombre, Matías Almeyda, le ha cambiado la vida al Sevilla. Es un señor equipo. Y ahora, con sus virtudes y evidentes defectos, se sabe que va a competir siempre hasta donde le alcancen las fuerzas.
Matías Almeyda modificaba ligeramente su equipo inicial. Era sólo una sustitución, pero el árbol de movía por completo. Dejaba de lado el sistema de tres centrales para disponer una línea de cuatro y reforzar el centro del campo con la entrada de Sow. El Barcelona iba a imponer su ritmo alto de juego y su toque en tres cuartos, por lo que hundirse cerca del portero no podía ser la opción elegida y sí ir de verdad a imponer lo que el Sevilla quisiese hacer, siempre con el respeto a uno de los grandes del momento, por muchas ausencias que pudiese tener. El Sevilla bordó el fútbol que se puede hacer para contrarrestar al Barcelona en el primer tiempo. Presión adelantada, juego directo a los costados y desmarques del hombre libre al espacio que deja siempre el equipo de Flick a la espalda de sus centrales. El gol de ventaja al descanso era una renta mínima para los merecimientos de los hombres de Almeyda, que habían desperdiciado ocasiones de todos los colores. ¡Clarísimas! Hasta tres remates de gol tuvo en sus botas Isaac Romero, que no para de desperdiciar uno tras otro todos los regalos de sus compañeros. De Alexis, Sow y Agoumé. La pelota no quería entrarle al canterano, quien había ayudado a adelantar a los suyos por medio de un penalti provocado ante Araujo.
Ese penalti abría el camino para un Sevilla que arrancó el encuentro enchufado. Sin titubeos. Sabiendo en todo momento qué debía hacer. El calor sofocante lo terminó pagando en el último cuarto de hora, hasta que con el tiempo cumplido Rashford acortó distancias antes de marcharse los equipos al vestuario. El 1-0 lo anotaba Alexis Sánchez desde los once metros y durante los siguientes veinte minutos se vivió un monólogo nervionense. Llegadas y más llegadas, sin intuir el conjunto azulgrana por dónde le venía el viento. El Sevilla atacaba en oleadas. De hecho, entre la mala puntería de Isaac y la buena colocación de Szczesny impidieron que la ventaja al descanso fuese definitiva. Primero lanzó fuera una buena jugada de Alexis, cazando el balón suelto y colocándola junto al palo. Ya había rozado la madera anteriormente Carmona, a un excelente nivel toda la tarde.
Ficha técnica
- Sevilla FC Vlachodimos; Carmona, Azpilicueta, Marcao, Suazo; Sow (Gudelj, min 61), Mendy (Peque, min. 73), Agoumé; Alexis Sánchez (Ejuke, min 91), Vargas (Januzaj, min. 73) e Isaac Romero (Akor Adams, min 61).
- FC Barcelona Szczesny; Koundé, Araujo (Eric García, min 46), Cubarsí, Gerard Martín (Balde, min 46); Pedri, De Jong (Christensen, min. 88), Dani Olmo, Rashford, Ferrán Torres (Roony, min. 69) y Lewandowski.
- Goles 1-0 (min. 13) Alexis, de penalti; 2-0 (min. 36) Isaac Romero; 2-1 Rashford (min. 45+7); 3-1 (min. 90) Carmona; 4-1 (min. 96) Akor Adams
- Árbitro Muñiz Ruiz (C. Gallego). Amonestó a Gerard Martín, Ferran Torres, Marcao, De Jong, Isaac Romero, Januzaj, Agoumé, Rashford, Peque y Akor Adams.
La siguiente jugada describía a la perfección ese estado de ansiedad de un goleador que sabe que tiene las oportunidades, pero no le entran. Pase al espacio libe a Sow, quien se marchaba solo hacia la portería para ejecutar un mano a mano. El suizo esperaba a su marcador para girarse que quien rematase de cara fuese Isaac, quien se encontraba con la mano del portero del Barcelona al intentar colocar y no fusilar o engañar al meta. La tercera, ya rotunda por el fallo en el golpeo, fue un pase desde la derecha de Agoumé que el lebrijano atacó con el pie demasiado abierto. Sin embargo, sí habría cuarta llegada y ahí sí que rompería su maleficio. Rubén Vargas lanzó el ataque por la izquierda para ceder en el segundo palo a Isaac, quien sólo tuvo que poner su pie derecho en dirección a la portería. El Sevilla se colocaba 2-0. El Sánchez-Pizjuán no se lo creía. Pero este Barça, pese a las ausencias, tiene gol en todos sus hombres, y el esfuerzo de los sevillistas unido al calor iban a darle su posibilidad antes del descanso. Vlachodimos sacó un mano a mano ante Rashford. Con el tiempo cumplido (seis de añadido), gritando la grada por el final y los propios jugadores, un error de Agoumé en la salida lo penalizó el Barça con un pase al segundo palo, donde ahora Rashford no perdonó. Se le escapaba al Sevilla su colchón. Otra vez en la cornisa. Y el rival ya conociendo sus armas y también el desgaste al que se había sometido. Peligro.
Un plan ejecutado a la perfección
En el primer minuto ya avanzó el Barcelona su plan, con una presión mucho más intensa y organizada. Lewandowski disparaba sin tino en los primeros segundos. Comenzaba otro encuentro. Además, Flick introdujo dos cambios en defensa. Ya no podían flotarle a Araujo porque su recambio, Eric García, sí sabe saca la pelota y conducirla con peligro. También en eso debían cambiar su plan los locales. Debía ser un ejercicio de resistencia y que el entrenador acertase igualmente con los elementos que fuesen entrando desde el banquillo. El Sevilla pidió una mano en el área en un remate de Marcao que el colegiado no quería considerar como penalti y el VAR no corrigió. Tuvo el Sevilla en ese balón parado dos remates interesantes, pero sin ver portería. Necesitaba amenazar de algún modo. Pedri pondría a prueba al portero del Sevilla en una jugada repleta de esa calidad inigualable del canario.
Trabajaba incansablemente el Sevilla por ese premio final, corriendo como en ningún otro partido del curso, fallando las fuerzas, por mucho que Almeyda fuese metiendo piernas de refresco. Y en la acción menos esperable, con Januzaj recién entrado al campo, el belga no podía detener a Balde y en la carrera detenía al lateral con una falta ya dentro del área, más con el cuerpo que con el pie, que el colegiado no dudó en señalar. Ahí se le podía ir el partido al Sevilla porque Lewandowski no suele desperdiciar nunca este tipo de regalos. Hasta que llega el día en el que sí lo hace. El polaco hizo su clásica 'paradinha' para lanzar tan ajustado al palo que se fue la pelota por fuera, con Vlachodimos incluso adivinando el lugar del lanzamiento. Pausa de hidratación. Le quedaba al Sevilla un último esfuerzo, aunque parecía titánico. El portero grecoalemán volvía a estar estelar en un mano a mano mal ejecutado por el joven Roony, al que le adivinó el lugar del disparo. El duelo se colocó en una moneda al aire, con el Sevilla defendiendo en campo rival y el Barcelona buscando balones en largo. Sacar petróleo de alguna conexión exitosa. Hasta que llegó ese jugador al que le ha cambiado la vida en pocos meses. José Ángel Carmona, en una penúltima carrera que le quedaba en el depósito, en vez de pasar hacia Akor como en Vallecas, buscó el lanzamiento cruzado para llevar el delirio a las gradas. Era el 90. Se descontaban ocho.
En plena efervescencia llegaba una roja a Peque por una patada a destiempo. Más tiempo perdido porque debía ir al VAR a revisar su decisión. Se quedaba en amarilla. Aún quedaba tiempo para más. En otra cabalgada al espacio, esta vez era el recién entrado Ejuke el que cedía para que Akor Adams empujase a la red. Delirio en Nervión. El Sevilla de Almeyda vence y convence. Es otro equipo. El tarro de la ilusión se puede comenzar a abrir.
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