MOTOCLISMO

Lorenzo, la soberbia hecha talento

El mallorquín es orgulloso, tenaz, confiado, trabajador hasta la extenuación y desprende una chulería entrañable

EPA

tomás gonzález-martín

Es orgulloso. Tenaz. Confiado en sus posibilidades. Trabaja hasta la extenuación para ser el mejor. Sí, tiene un poso de chulería. Consecuencia del carácter ganador que le impuso su padre desde los tres años . "Al segundo no le recuerda nadie, solo tienes que ... salir a ganar". Sí, tiene un toque de soberbia. Culpa del éxito deportivo que genera su carácter. Chicho le enseñó a triunfar y el chaval comenzó a adjudicarse la mayoría de sus carreras desde los cinco abriles.

Cuando no era primero, se enfadaban. Papá y Jorge. Esa dictadura del primer puesto eliminó para siempre el conformismo. Por eso hoy explota como si hubiera perdido el Mundial cuando Rossi le gana un duelo para hacer podio. No está acostumbrado a ceder . No admite sacar la calculadora y no luchar. Su padre le inyectó el espíritu espartano. Solo sale a una pista para ser el número uno. Por eso es el mejor piloto de motociclismo del mundo. A sus 23 años ha levantado la corona que muchos persiguen durante lustros y nunca la consiguen.

Virtuoso

Es duro porque en su casa le hicieron así. Chicho Lorenzo y María Guerrero no tenían mucho dinero, pero todo se invirtió en el niño. Su progenitor le dijo que siempre diera la cara en la vida, que nunca fuera cobarde, que nunca se echara atrás. Virtudes de valor que trasladó al motociclismo como nadie. Su padre estaba obsesionado con hacer de su hijo un campeón del mundo y Jorge se subió a esa montura sin rechistar. Cuando paseaba por Palma y veía las motos tras los cristales de la tienda de los Salom, el chaval se soltaba de la mano de su padre y le decía que quería comprarse todas.

Su ilusión por ser piloto del Mundial dejó en segundo plano el colegio. No estudiaba. Suspendía. Escondió las notas a su padre con el silencio cómplice de su madre. Cuando clavó los codos, aprobó. Menos mal que tuvo que dejar los libros en 2002, con los quince años justos que exige el Mundial. El gran circo llamaba a su puerta. Entró por ella para no salir. Triunfó por la puerta grande.-

Su primer entrenamiento oficial, el 4 de mayo de 2002, fue reflejo de su idiosincrasia. Se enfadó como si llevara dos años bajo la gran carpa ambulante. Ganó su primera carrera en Brasil 2003 . Se adjudicó sus primeros títulos en 2006 y 2007. Nunca cambió. Era segundo en una "pole" y entraba al box rompiendo de todo.

Su estreno en MotoGP fue espectacular. Puso a Rossi al borde de un ataque de nervios. El niño le apretó las clavijas Y Valentino comenzó a atacarle dialécticamente. No se había dado cuenta que Lin Jarvis había fichado a su verdadero sucesor. El italiano vio la horma de su zapato. Jorge era igual que él. Sufrió en sus carnes la progresión de un joven que tenía todas sus características: es valiente, arrojado, técnicamente perfecto, con carácter de campeón y una confianza en su valía que los demás consideraron prepotencia. Pensar eso es un error. Su seguridad insulta porque sabe lo que quiere y tiene las posibilidades de alcanzarlo. Muchos quieren y no pueden. Confunden la soberbia de Lorenzo con su propio fracaso. A eso se le llama envidia. Van a envidiarle muchos años.

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