Márquez: «Se me acercan chicas que antes... ni hola»
Es el piloto con mayor futuro del Mundial. Ganó en Le Mans, después de tres caídas. Es único porque siempre arriesga
Márquez: «Se me acercan chicas que antes... ni hola»
Campeón del mundo con 17 años, Marc Márquez debutó en Moto2 con tres caídas que hicieron dudar de él a los que no conocen el motociclismo. A la cuarta fue la vencida. Es el rival más peligroso para el líder, Bradl. Luchador al máximo, afronta ... con naturalidad una fama merecida.
—Joven, dígame la verdad: ¿Hay más chicas que le tiran los «tejos» desde que es campeón?
—Ja, ja, ja. No soy mucho de salir, pero cuando voy con los amigos... digamos que las chicas me hacían más caso cuando gané el Mundial. Muchas se te acercaban, las que antes... ni hola, las que ni te saludaban.
—Habla en pasado. ¿Qué pasa?
—Cuando empecé a caerme en Moto2, todo volvió a ser como antes, ya no me saludaban, ja, ja...
—Después de vencer en Le Mans, volverían al ataque. ¿Tiene alguna novieta?
—No tengo novia, no tengo tiempo con tantos entrenamientos, carreras y viajes... Y ya le diré si es verdad que vuelven a acercarse (risas). De momento no lo he notado.
—El triunfo de Francia acabó con la mala racha de tres caídas. Ahora corre en «casa». ¿Empieza su progresión?
—A base de golpes es como se aprende. Y he aprendido mucho en esos tres accidentes. En Qatar cometí el típico error de novato, al dar gas muy pronto. En Jerez realizaba una gran remontada y Cluzel me tiró. Y en Estoril fui yo quien tiró a un rival. Por fin, en Le Mans, todo me salió bien. Conseguí mi primer triunfo en esta categoría. El equipo y yo no teníamos dudas. Tarde o temprano el trabajo tenía que ofrecer resultados.
—¿Alguien dudó de su capacidad?
—La gente que no sabe lo que pasa dentro del equipo podía albergar dudas. Veían que me caía y había ese runrún. Pero Emilio (Alzamora) y yo teníamos una confianza total en lo que podemos alcanzar. Me dio rabia porque esos accidentes me impidieron lograr antes un buen resultado. Nos faltaban unas décimas de mejora y ya las teníamos. Sabía que podía estar delante y solo faltaba que llegara la victoria. La celebramos en Francia.
—Se quitó la presión de los tres «ceros». Ahora corre en Montmeló como uno de los favoritos.
—No siento ninguna presión. El equipo me dejó claro que este año es de aprendizaje. En 2012 es cuando tendré esa presión de ganar. Mañana, si me siento bien intentaré ganar, pero no estoy obsesionado con tener que vencer en casa.
—Bradl posee mucha ventaja, pero usted, tras el primer triunfo, aspira a todo, porque arriesga para vencer. Alzamora le dijo en Francia que valía ser quinto. No obedeció.
—Sí, pero quien no arriesga no consigue nada en la vida. Siempre que puedo ganar, arriesgo. En Le Mans me encontraba mejor que nunca y tras la remontada aposté por el triunfo.
—¿Sigue poniéndose sus calzoncillos azules y rojos, o tras los tres «ceros» cambió de superstición?
—Sí, llevo tres calzoncillos azules para los entrenamientos y dos rojos para la carrera. No soy supersticioso, pero siempre los he llevado azules y rojos, me ha ido bien y seguiré con ellos. Son formas de concentración. Por ejemplo, Rossi tiene todo muy ordenado.
—¿Tiene otras manías?
—Siempre me pongo primero el guante izquierdo. Y subo siempre a la moto por el lado izquierdo. Si me equivocara y quisiera subir por el derecho, no sabría levantar la pierna.
—Pedrosa no corre por culpa de la acción de Simoncelli. ¿Qué opina?
—Marco realizó una maniobra muy agresiva. Se la pudo haber ahorrado. No le dejó espacio a Pedrosa. Dani tiene mala suerte. Era el primer año que partía sin lesiones, aspiraba al título más que nunca y por una cosa o por otra le surgen los problemas.
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