GOLF
Jon Rahm conquista el Masters de Augusta
Masters de Augusta 2023
El vizcaíno logra la sexta chaquetilla para el golf español el mismo día en que su admirado Severiano Ballesteros cumpliría 66 años
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Iniciar sesiónJon Rahm volvió a hacer historia para el deporte español al conseguir un nuevo grande, que eleva la cosecha histórica a diez desde que Seve Ballesteros firmara el primero en el Open Británico de 1979. Con una espectacular actuación, plena de cabeza fría y ... buen juego, el vasco sumó un segundo 'salmón' a su palmarés y confirma que España es el segundo mejor país de la historia en el Masters de Augusta, con seis chaquetas verdes ganadas. Hasta ahora estaba empatada con Sudáfrica (5), aunque muy lejos de las 63 de los locales.
El resultado final de Rahm (-12) y la distancia de cuatro golpes sobre Phil Mickelson y Brooks Koepka, hablan claro del dominio que ha ejercido en esta edición de 2023, en la que ya fue colíder en la primera jornada y nunca acabó una ronda más allá de la segunda plaza. Llegó al hoyo 18 con cuatro de renta y saboreó el éxito antes de vestir la ansiada chaqueta.
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«Seve me empujó desde arriba. Para mí ganar en el Masters en el 40 aniversario de su segunda victoria es increíblemente significativo»
Jon Rahm
Número 1 mundial
En Estados Unidos no son muy de celebrar la Semana Santa y nuestro domingo de Resurreción lo festejan como la Pascua. Y las masas que ayer por la tarde acompañaron a Jon Rahm por el campo bien que procesionaron para ver a su ídolo deportivo. A pesar de lo embarrado del terreno por el que circulaban, los espectadores vibraron con la exhibición que estaba dando el español, toda una máquina de estrategia. Si se dice que Fernando Alonso tiene las carreras en la cabeza, el de Barrica hace lo propio con los hoyos. Sabe dónde arriesgar y dónde no, así como prevé lo que harán sus rivales; por eso es tan admirado por el público. 'Vamos, Rahmbo' le gritaban, en una curiosa mezcla entre el grito de guerra español y el mote que adquirió en su paso por Arizona State.
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Cuando comenzó el día, con la reanudación de la tercera jornada inconclusa del sábado, el frío y la noticia de la retirada de Tiger Woods había congelado por completo a los aficionados. El torneo, huérfano de su rey después de 23 veces consecutivas pasando el corte, tuvo en el de Barrica a su sustituto natural. Todo el mundo sabe que es espectacular cuando hace falta, corajudo como el que más pero también un témpano de hielo cuando debe mantener la calma. Y ayer lo hizo tanto en los hoyos que le quedaban del día anterior (rebajó su desventaja con Koepka de cuatro a dos golpes) como en los que siguieron de la ronda definitiva.
Las caras son el reflejo del alma y pronto se vio que la del español era de dar guerra y la del estadounidense de perder la batalla. Con calma y paciencia, como le había recomendado el maestro Chema Olazábal, Jon dejó que su rival se fuera hundiendo poco a poco, sobre todo mentalmente. Se acercó a uno en el tercer agujero y le empató en el siguiente, de manera que comenzaba un nuevo 'match-play' con catorce aún por delante. El nivel de concentración del español era tan elevado que no caía en grandes muestras de júbilo para no desconcentrarse. Pero a nadie escapaba que la jornada se estaba inclinando de su lado, sobre todo cuando en el hoyo 6 ya se puso por encima con una delantera que ya no abandonó hasta que le enfundaron la chaqueta verde horas después.
Su estrategia de juego, tantas veces comentada, le indicaba que debía superar el fielato de la séptima bandera en franquía. Así lo hizo en las rondas anteriores y lo repitió en la dominical. Su ventaja de un golpe de entonces se convirtió en dos en el hoyo 8 y en tres en el 12 (-10). A esas alturas, el de Florida se había venido abajo con un lenguaje corporal de lo más pobre, pues ya empezaba a ver cómo peligraba incluso su segunda posición. El primero en acabar con un gran resultado en la casa club fue Phil Mickelson (-8), seguido de Jordan Spieth (-7).
Un final de ensueño
Sin dejarse influir por los nervios de lo que estaba por llegar, Jon siguió con su plan de juego. Atacó el par 5 que cerraba el 'Amen Corner' y sacó un birdie de lujo (-11), que ya le daba un margen de tres sobre sus inmediatos perseguidores. En el 14 volvió a hacer gala del tiralíneas para firmar un nuevo 'birdie' (-12) y alejarse ya definitivamente de Koepka (-7).
Con la tarde en franquía, Jon volvió a patear para mejorar su tarjeta en el 15 y el 16 y, aunque no lo logró, enfiló los últimos hoyos con tres golpes de renta sobre un Brooks que no estaba dispuesto a tirar la toalla pero que ya lo le inquietaba. Y el último, con cuatro de margen. Ya estaba todo hecho.
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«Me he acordado cuando Nadal cuenta que en la final de Wimbledon contra Federer se permitió pensar en la victoria y acabó perdiendo un set. Y yo no quería que eso me pasara»
Jon Rahm
Como ya no había opción al mal fario (sacó su primer puño a pasear en el hoyo 17), era momento de echar la vista atrás a la manera en la que se habían conseguido los nueve 'majors' anteriores del golf español. En el primer Masters de Seve en 1980, el cántabro comenzó la primera jornada de colíder, igual que Jon y en seis de los nueve grandes ('British' de 1979, 84 y 88, Masters 83 y 94 y Open USA 2021) el título llegó atacando por detrás en la última jornada. Igualmente, en tres de los cinco Masters previos los hispanos fueron líderes en alguna ronda del campeonato. Pero lo que más motivaba a Rahm era saber que Sergio ganó el mismo día del cumpleaños del Seve (el 9 de abril), igual que hizo él ayer.
«Seve es una de las razones por las que juego»
«Seve me empujó desde arriba. Él es una de las razones por las que juego. Si no fuera por esa Ryder del 97, mi padre y yo hablamos de ello todo el tiempo, no sabemos dónde estaría o dónde estaríamos como familia. Para mí ganar en el Masters en el 40 aniversario de su segunda victoria es increíblemente significativo», declaró el español. «Olazabal me habló de Seve y si hubiera seguido un poco más hubiéramos llorado los dos. La gente me animaba en cada hoyo y me decía: 'hazlo por Seve'».
«Hay algo en este campo que se transmite a todos los españoles. Es el décimo grande de España y la sexta chaqueta verde... me cuesta explicarlo. Ver ganar a Sergio aquí fue increíble y como español te crees que aquí hay algo especial, que es nuestro destino, y que antes que yo hayan ganado esos tres grandes jugadores españoles.... Será un honor poder jugar aquí de por vida y preparar una cena vasca del norte. El chef José Ándrés me va a abrasar todo el año», reiteró.
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«Estaba tranquilo, nunca me frustré. Nunca me sentí como si algo estuviera fuera de control. Es verdad que lo de fuera no siempre es un reflejo de lo que va por dentro. Estaba calmado, frío, tenía el juego bajo control, estaba cómodo con mi juego y tenía fe. Y no me quería adelantar. Solo cuando he dado el tercer golpe en el hoyo 18 he dejado que mi mente se fuera. No quería creérmelo hasta que fuera algo fijo. Me he acordado cuando Rafa Nadal cuenta que en la final de Wimbledon contra Federer se permitió pensar en la victoria y acabó perdiendo un set. Y yo no quería que eso me pasara. Luego en el 18, con la reacción del público, me invadió una oleada de emoción por tantas cosas. Nunca pensé que iba a llorar ganando un torneo de golf, pero estuve muy cerca en ese hoyo», manifestó.
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