Atletismo
Gesta de Asier Martínez: bronce mundial en los 110 metros vallas
Mundial de Oregón 2022
El navarro, de 22 años, logra la primera medalla para España en Eugene
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Iniciar sesiónEspaña ha encontrado en Asier Martínez un talento descomunal al que su carácter y temperamento convierten, además, en un seguro de vida. El atleta navarro se ha colgado la primera medalla para España en el Mundial de Oregón con un bronce en los ... 110 metros vallas después de una carrera extraña y prodigiosa, en la que logró su mejor marca de siempre 13.17 y escoltó el doblete estadounidense de Grant Holloway (13.03) y Trey Cunningham (13.08). De esa misma prueba era la última medalla mundialista española, lograda por Orlando Ortega en Doha 2019.
Martínez, navarro de Zizur, de 22 años, se encontró con una ayuda inesperada tras las prematuras eliminaciones del jamaicano Hansle Parchment y del tercero de los estadounidenses, Devon Allen, que no salieron a la final por circunstancias bien diferentes.
Parchment, campeón olímpico y único rival de los estadounidenses, quedaba fuera de combate después de ganar su semifinal con 13.02, por delante de Devon Allen. Calentando en los momentos previos sintió un pinchazo en la pierna derecha y se dio cuenta enseguida de que la final había acabado para él antes de empezar.
Allen, por su parte, se quedó fuera después de provocar una salida nula por solo una milésima. Discutió todo lo que pudo y más el futuro receptor de los Phildelphia Eagles (empieza la pretemporada de la NFL en dos semanas), pero nada convenció a los jueces para dejarle participar y cumplir su sueño de aparcar el atletismo con una medalla en su país.
Martínez llegaba a la final, con la séptima mejor marca de los finalistas, solo por delante del barbadense Shane Brathwaite y justo por detrás de los otros dos europeos en la final, el británico Joshua Zeller y el polaco Damian Czykier. Pero a la hora de la verdad se destapó como un animal competitivo para firmar esta primera medalla para España en el Mundial.
Situado en la calle ocho, aros enormes en cada una de sus orejas, el navarro mantiene un gesto serio en las competiciones casi inmutable. Ni siquiera se alteró al escuchar la señal de salida nula en la primera arrancada. Evitó la primera valla y miró a su izquierda para ver quién la había provocado.
Imposible saber qué pasó por su cabeza al comprobar que había sido Allen, el gran favorito junto a Holloway, autor de la mejor marca mundial esta temporada con 12.84, a solo cuatro centésimas del récord mundial. Martínez, seguro, hizo cálculos y pensó que se le abría un mundo de posibilidades, ausente también Parchment.
Algo parecido debió imaginar Holloway, sin rivales inmediatos ni a izquierda ni a derecha desde su posición de privilegio en la calle cuatro. Apenas le costó derrotar a Cunningham. No le hizo falta ni bajar de los 13 segundos.
Martínez, que se desestabilizó en la primera valla en la resalida, supo recomponerse para firmar una remontada brutal para acabar imponiéndose con solvencia a Czykier y Zeller.
Estudiante de Ciencias Políticas en Bilbao, Martínez supo sobreponerse en Eugene hasta a la falta de su entrenador, François Beoringyan, en sus primeros días de estancia en Estados Unidos. Beoringyan, exsaltador de altura chadiano, fue uno de los afectados por el lío burocrático con los visados que ha acabado afectando a decenas de atletas. No pudo llegar a Portland hasta el día anterior al inicio del Mundial. Hoy celebra el éxito apabullante de su pupilo con una enorme sonrisa.
Juntos han trabajado sin descanso en las dos últimas temporadas, en la que Asier ha pasado de promesa a impresionante realidad. Su sexto puesto en la final olímpica de Tokio sorprendió al mundo, pero desde entonces no ha dejado de refrendar que no fue una casualidad. En el Mundial bajo techo de Belgrado terminó cuarto, cada vez más cerca de una élite a la que mira con respeto, pero nunca con temor. Hoy ya es uno más de todos ellos.
Triplete español en la final del 1.500
La jornada vespertina resultó perfecta para la delegación española, que colocó también a sus tres representantes en la final del 1.500 masculina.
Mario García Romo e Ignacio Fontes compitieron de forma brillante en la primera serie. El salmantino, campeón de España, tiene planta de veterano pese a contar con solo 23 años. Pegado a la cuerda, mantuvo la calma cuando por delante se le plantó un muro de corredores que amenazaba con cortar su posible progresión. A la hora de la verdad, García Romo (3:37.01) supo encontrar el hueco que le llevó a terminar segundo en su semifinal, por detrás del británico Josh Kerr y por delante del mismísimo Jakob Ingebrigtsen. También mantuvo la calma Ignacio Fontes (3:37.21), en los puestos más retrasados del pelotón hasta el toque de campana, pero con la potencia necesaria como para avanzar por las calles exteriores y aprovechar el desfallecimiento de atletas como el etiope Samuel Tefera o el australiano Oliver Hoare para entrar quinto y clasificarse por puestos, sin esperar a los tiempos.
A Mohamed Katir le tocó una semifinal mucho más rápida, lanzada por el australiano Stewart McSweyn. El español, que pasó verdaderos apuros en la serie del día anterior, se vio más cómodo de esta forma y alcanzó la recta final instalado de forma cómoda en los puestos de arriba. Acabó segundo por detrás del keniata Abel Kipsang con un 3:34.45 que suponen su mejor marca de la temporada.
La prueba estrella del mediofondo es también la más favorable al atletismo español, y volverá a contar con tres representantes en la final masculina del martes, al margen de la presencia, en la madrugada de este mismo lunes, de Marta Pérez en la prueba femenina. Es la primera vez en 15 años que España cuenta con tres finalistas en el 1.500. La vez anterior fue en Osaka 2007, donde se clasificaron Arturo Casado, Sergio Gallardo y Juan Carlos Higuero. Casado, séptimo, fue el mejor de ellos en esa final ganada por el estadounidense Bernard Lagat.
La jornada terminó con un nuevo triplete, esta vez jamaicano, en la final de los 100 metros femeninos. Shelly-Ann Fraser-Pryce se llevó el oro con 10.67, recuperando la hegemonía perdida el año pasado, cuando sucumbió en la final de Tokio ante Elaine Thompson-Herah. Esta vez, la campeona olímpica se tuvo que conformar con la tercera plaza (10.81), por detrás también de Shericka Jackson (10.73).
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