Sneijder, el «anti Cruyff»

Seguramente, el juego y la presencia de Sneijder no le llegue ni a la suela de los talones a Cruyff, triple ‘Balón de Oro’ y poseedor de una elegancia y un cambio de ritmo extraordinarios; quizá Wesley no sería siquiera titular en aquella ‘Naranja Mecánica’ que implantó el ‘fútbol total’ y se quedó con la miel en los labios en los certámenes del 74 y el 78, de la mano de Rinus Michels y el austriaco Ernst Happel, respectivamente. Pero Sneijder acapara la atención del Grupo Técnico de Estudios de la FIFA, que podría distinguirle como mejor jugador del torneo y máximo goleador.

“Estamos tan cerca...Lo más importante ahora es ganar el Mundial. No hay nada más grande que una Copa del Mundo y vivimos una sensaciones tremendas, fantásticas. Tenemos cinco días para descansar, preparar bien la final y conquistarla”, dispara, confiado, el centrocampista ofensivo del Inter de Milán, autor de cinco goles en Sudáfrica, incluido el doblete que eliminó a Brasil en cuartos de final y la diana que deshacía el empate ante Uruguay en la semifinal de Durban. En cuatro de los seis encuentros disputados en este Mundial, todos saldados con victoria, fue designado el hombre más valioso.

Nacidos en la misma academia del Ajax, Sneijder va tras los pasos de Johan Cruyff, ídolo de la ‘Oranje’ que lamenta ser un rey sin corona por no ganar un título mundial. El ex jugador Real Madrid, de 26 años, ha vivido una temporada de ensueño en San Siro, al conquistar tres títulos con el conjunto 'nerazzurro', y ahora busca del trébol de la suerte en el primer Mundial de la historia en África. Si salda la gran cuenta pendiente de Holanda, está llamado a heredar el galardón de Leo Messi, ahora unificado por la FIFA y la revista ‘France Football’, que le acredite como número uno del planeta.

Vídeos alucinógenos

Con físicos diferentes y un andar distinto por el campo, Sneijder creció alucinando con los vídeos de su espejo Cruyff, de sus proezas con la ‘Oranje’ y también en el Barcelona, aunque cuando se mudó del Ámsterdam Arena tras seis años en Ajax, eligió el Real Madrid en vez del gigante catalán que también le había echado un ojo. Cruyff, siempre influyente en el Camp Nou, le había bajado el pulgar. "No es un jugador para este equipo", dijo en febrero de 2007, poco antes de que la ‘Casa Blanca’ lanzara sus redes.

El Madrid pagó hace tres años 27 millones al Ajax por este ambidiestro, poseedor de un gran disparo y notable a balón parado, hasta el punto de ser elegido el mejor lanzador de faltas de Holanda por la revista ‘Voetbal International’. Completó un buen primer año con Schuster. Con nueve goles en 30 partidos, igualó su segundo mejor registro y contribuyó a la consecución del título de Liga. Empero, todo se le torció en la segunda campaña. Primero, por una entrada del francés Diaby, en la Copa Emirates disputada contra el Arsenal en verano, que le dejó tres meses en el dique seco. Y, después, por problemas personales vinculados a su divorcio.

Se le acusó de mal profesional por disfrutar en exceso de la noche madrileña. Cuentan incluso que en alguna ocasión durmió en el garaje de una conocida discoteca y tuvieron que ir a despertarle. Sólo anotó dos goles en 22 partidos y salió por la puerta de atrás al aterrizar Florentino Pérez. El chileno Pellegrini confiaba en él pero Jorge Valdano, su jefe, argumentó que Kaká y Cristiano relegarían a Sneijder y a Robben. Lo rescató Mourinho para el Inter, que pagó apenas 16 millones por sus servicios y le firmó un sueldo de cuatro millones al año.

Nunca entendió porque salió del Madrid si el entrenador le deseaba. “Lo que pasó conmigo fue muy raro. El mister dijo que contaba conmigo pero había gente en el club que no. Lo de este equipo es muy fuerte”, se lamentó este medio de ataque que lleva tatuado el nombre de su hijo, Jessey, en el antebrazo izquierdo, y presume de tener dos hermanos, Jeffrey y Rodney, también futbolistas formados en la inagotable factoría del Ajax. El pequeño estuvo cerca de fichar por el Castilla, pero Wesley le aconsejó que siguiera su formación en Holanda.

Mourinho encontró su sitio y su vida se estabilizó en compañía de Yolanthe Cabau van Kasbergen, actriz y presentadora de televisión considerada la mujer más bella de Holanda. Antes de disputar el Mundial, se bautizó, influido por su novia, para poder casarse por la Iglesia. Según él, lo hizo tras una experiencia con colegas del Inter muy religiosos. Tuvo que seguir un curso de catecismo para adultos.

Tras salirse en Italia, donde como enganche fue clave en la explosión tardía de Diego Milito y en este Mundial, flirtea con el Manchester United. Alex Fergusson considera que ofrece la técnica que los ‘diablos rojos’ necesitan para regresar a la senda del éxito y el club está dispuesto a pagar 35 millones. Según el danés Soren Lerby, su agente, el Inter hace todo lo posible para renovarle el contrato que expira en 2013. ¡Será por novias!