Todo irá bien
El Barça, entre el brillo y la solidez
«Joao Félix está cedido, de modo que si despunta, quienes harán el negocio a final de curso serán el propio jugador, su representante, tal vez algo Laporta, el Atlético, pero en ningún caso el Barça»
El Barça sigue enamorado
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Jorge Mendes ha avisado a sus dos patrocinados de que es su última oportunidad para reivindicarse como jugadores de élite y revalorizarse en el mercado. Joao Cancelo, tras tener muchos problemas de adaptación en el City de Guardiola y un paso no demasiado ... brillante por el Bayern de Múnich ha llegado a Barcelona entusiasmando a la afición, pero con demasiadas ganas de llamar la atención cada vez que toca la pelota. Veremos si sabe conducir su genialidad por los caminos de la prudencia, del juego de equipo, y de la paciencia de Xavi. Por su parte, João Fèlix viene del Atlético de Madrid, donde no tuvo la comprensión de Simeone. El joven portugués tiene que esforzarse en ser disciplinado, serio, y en entender que la explosión de su talento nunca será completa si no atiende a las directrices de su técnico.
Con estos dos jugadores en su mejor versión, o por lo menos la mejor versión que se recuerda de ellos en mucho tiempo, el Barcelona ha iniciado con buen pie la Liga y la Champions. Es verdad que se ha enfrentado a rivales de poca entidad, pero la alegría y el buen fútbol con que los ha ganado es más de lo que vimos en temporadas anteriores contra rivales igualmente asequibles. Las aportaciones de Gundogan, de un Raphinha que parece regresado, y de un Ferran Torres que siempre que le damos por hundido reflota de un modo o de otro, han devuelto la esperanza. Tal vez prematura, pero esperanza.
Es verdad que este equipo está hecho de recortes y de descartes de otros clubes. Es verdad que los fichajes más caros no es seguro que acaben siendo un negocio para el club. Lewandowski ha mejorado con João Félix al lado pero cada año es más viejo y cobra más. Gundogan tampoco es un chaval y Joao Félix está cedido, de modo que si despunta esta temporada, quienes harán el negocio a final de curso serán el propio jugador, su representante, tal vez algo Laporta, el Atlético de Madrid, pero en ningún caso el Barça, que si quiere retenerlo, tendrá que pagar lo mucho que cuesta, y que si vuelve a valerlo será precisamente por haber jugado este año en el equipo.
La plantilla luce nombres muy atractivos pero falta ver si el conjunto tiene solidez, lo que podremos comprobar en marzo cuando lleguen los rivales duros de la Champions. Hasta entonces, en lo deportivo, este inicio está siendo y probablemente será el mejor de la segunda era Laporta.
En lo económico, el Barça sigue endeudándose y al límite de la quiebra técnica. Las extravagantes e inciertas operaciones financieras, algunos de los fichajes, y las retrasadas obras del Camp Nou, además de lo que finalmente cuesten, no son ningún buen presagio para el futuro de un club en que algunas de las decisiones más importantes ya las toman los acreedores y que está inevitablemente abocado a despertar de la ensoñación de que aún pertenece a sus socios.
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