Un millón de dólares por la túnica de Messi

Nadie había advertido a Messi, que se dejó hacer con cara de sorpresa mientras el propio Emir le colocaba la túnica y Gianni Infantino, presidente de la FIFA, intentaba explicarle mientras ayudaba a encontrar las mangas. Messi se dirigió hacia sus compañeros en el podio con él puesto sobre la camiseta albiceleste y así levantó la Copa al cielo.

Enseguida, el bisht se convirtió en un protagonista más del Mundial. Se dijo que había arruinado la foto más icónica de Messi y que el principal patrocinador de la selección argentina se había enfadado al ver su logotipo de la camiseta tapado. También se especuló con su precio, que según los expertos puede rondar los 3.000 euros en función de la calidad y el método de producción de la tela. En cualquier caso, eso era antes de que lo vistiera Messi. Porque ahora su túnica ya vale mucho más. Al menos, un millón de dólares. Ese es el precio que ha ofrecido por la prenda Ahmed al Barwani, un abogado y miembro del parlamento de Omán, que se dirigió al delantero a través de las redes sociales para convencerle de que se la vendiera. «Amigo Messi, desde el Sultanato de Omán le felicito por ganar el Mundial. Me impresionó que el emir utilizara el bisht, un símbolo de caballerosidad y sabiduría. Te ofrezco un millón de dólares por él».

Al Barwani, de 41 años, vio la victoria de Argentina ante Francia en la grada del estadio de Lusail en el fondo donde se situó la afición sudamericana, pero más allá de la tensión del final del partido, con prórroga y penaltis incluidos, quedó impresionado por el instante en el que el emir homenajeó al jugador. «Ese momento le dijo al mundo que los árabes estamos aquí, que esta es nuestra cultura. El bisht es un símbolo de muchas cosas, pero lo más importante es que dice quiénes somos», explicó al diario emiratí 'The National', el primero en destacar la oferta.

Tras levantar el trofeo y posar en el podio, Messi se desprendió del bisht para el resto de las celebraciones sobre el césped, que se prolongaron casi por dos horas sin que hubiera forma de sacar a los protagonistas del escenario de la final. De momento no consta que el argentino haya contestado a la oferta ni cuál fue el destino de la capa, pero es de suponer que alguien de su confianza se hizo cargo de ella y de que continuará en su poder. Si Al Barwani consigue su objetivo y convence al astro argentino se ha comprometido a no utilizar la prenda: «Se exhibirá para conmemorar ese momento de orgullo y para ayudarnos a revivirlo. También para recordarnos que podemos hacer cualquier cosa».