Manchester City, Juventus y el Mundial como purgatorio

El conjunto 'citizen' finalizó la temporada 2023-24 como el club más dominador en la historia de la Premier League. Un año después de conquistar la ansiada Champions, los de Pep Guardiola levantaron su cuarta liga consecutiva, convirtiéndose en el primer equipo en encadenar ese número en la era moderna del fútbol inglés. El reinado de la zona azul celeste de Mánchester parecía no tener fin. Sin embargo, en una caída con pocos o ningún precedente, el City dejó de ser el mejor equipo del mundo para convertirse, en cuestión de meses, en un cúmulo de despropósitos.

La lesión de Rodri, que se rompió el ligamento cruzado el pasado septiembre, recibida inicialmente como un duro golpe para las aspiraciones del conjunto de Guardiola, abrió la caja de Pandora de todos los males que no habían asolado al City en años. Frágil defensivamente y sin capacidad de generar juego, mutó en un equipo vulnerable. El técnico de Sampedor pasó de firmar una trayectoria casi inmaculada a coleccionar récords negativos insólitos para él. Entre ellos, cuatro derrotas consecutivas en la Premier y siete partidos seguidos sin conocer la victoria que le apearon de la pelea por el título liguero a las primeras de cambio. En Champions, consiguió superar la fase liga de manera agónica, aunque fue comida para hoy y hambre para mañana, ya que el Real Madrid desnudó todas sus carencias en una eliminatoria sin ninguna emoción.

Superado el peor bache, el City mejoró y certificó una plaza en la próxima Liga de Campeones que llegó a peligrar, y mucho. Incluso, tuvo la oportunidad de maquillar su mala temporada con la conquista de la FA Cup, pero cayó derrotado en la final ante el Crystal Palace. Un año para el olvido que llevó a la entidad del Etihad a desempolvar la billetera y buscar soluciones en el mercado con vistas al Mundial de Clubes. Los de Guardiola, con una inversión de casi 150 millones que le han convertido en el equipo con más gasto del torneo intercontinental, han fichado a Reijnders, Cherki y Aït-Nouri para mejorar las prestaciones y la creatividad de su plantilla en este torneo, una de las grandes carencias a lo largo de la temporada y que necesitará como agua de mayo para volver a situarse en el primer escalón del fútbol europeo.

El bache de la Juventus, por su parte, no es de una sola mala temporada, sino que son varios años de un proyecto a la deriva. En 2020, la 'Vecchia Signora' conquistaba su novena liga consecutiva en un hito sin precedentes en la historia del fútbol italiano. Resultaba inimaginable lo que estaría por llegar para el club turinés desde entonces. Pocos días después, su eliminación en Champions supuso la destitución de Maurizio Sarri y la contratación de Andrea Pirlo. Una leyenda sobre el césped que no tuvo prolongación en el banquillo, ya que cedió su trono en la Serie A en favor del Inter y logró atrapar la clasificación a la Liga de Campeones en la última jornada. Un año decepcionante que provocó el regreso de Allegri como técnico y la salida de la plantilla de Cristiano Ronaldo.

Los tres años siguientes se saldaron con malos resultados deportivos en los que el único título conquistado fue una Copa de Italia y el nombre de la Juventus desapareció de entre los mejores del continente; la dimisión de la directiva comandada por Agnelli; una sanción de diez puntos por inflar las plusvalías en las ventas de sus futbolistas para reducir sus pérdidas; y un castigo por parte de la UEFA por un año sin jugar competiciones europeas. Para más inri, la única alegría en años para la parroquia 'bianconera' terminó con la destitución de Allegri tras ser expulsado durante la final por unas protestas desmedidas, y en la celebración de la victoria amenazar a un periodista y rechazar el saludo del director deportivo.

La siguiente víctima de la trituradora de la Juventus fue Thiago Motta, que venía de liderar durante dos años extraordinarios al Bolonia, pero fue incapaz de imponerse en el caótico proyecto turinés, lo que desembocó en el fichaje del croata Igor Tudor, el técnico que terminó la temporada y liderará a los italianos en este Mundial de Clubes. Una oportunidad de oro para iniciar el camino de la redención 'bianconera' hacia el club que fue, con todas las dificultades del mundo hasta que sea capaz de definir un proyecto concreto y ganador.