Así ha jugado el Real Madrid: un drama defensivo coral capitaneado por Rudiger

Desvió al palo un trallazo de Lewandowski en la primera gran ocasión del partido. Volvió a ser providencial al inicio de la segunda mitad desviando un disparo de Dembélé. Pese a los goles, el mejor de su equipo.

En los ataques estáticos del Barcelona llegaba a situarse como tercer central, dejando el carril para Valverde. Se dejó ganar la posición por Gavi en el primer gol azulgrana, y también falló al ir a la presión sobre De Jong en la jugada del segundo tanto. Muy lejos de su mejor estado de forma. Sustituido por Nacho tras el tercer gol.

Exigido y superado por Lewandowski. Flojo, en línea con el resto de defensas. Evitó, eso sí, que un gran eslalón de Pedri acabara en disparo.

Recibió un golpe de Courtois en el lanzamiento de un córner, donde quedó medio grogui, e inmediatamente después falló en el pase a Camavinga en el que se adelantó el Barcelona. Llegó a desquiciarse ante el dominio rival. Tal vez su peor partido con la camiseta blanca.

Sufrió con Dembélé y recibió pronto una amarilla. Apenas una subida potable en ataque.

Desubicado, aunque voluntarioso. Mucha movilidad, pero no siempre efectiva. Sustituido al descanso, pagó la mala primera mitad de su equipo.

Superado en la batalla por la pelota y fallón en defensa. Sin capacidad de organización. Acabó sustituido por Asensio.

Un balón picado a Benzema dejó un destello de su magia, pero al margen de eso estuvo desaparecido, sin poder conectar con los delanteros. Sustituido por Ceballos a falta de 25 minutos.

En defensa se quedó con el lateral derecho. En ataque se topó con un gran Balde. Su potencia no sirvió. Tampoco fue diferencial cuando se colocó en la mediapunta.

Dejó un caño maravilloso a Araújo, pero estuvo bien sujetado. Demasiado solo en punta y sin la inspiración ni el acierto necesarios para romper a la defensa rival. Ningún remate a puerta.

Poca participación. Tuvo la primera gran oportunidad de su equipo con un cabezazo que se marchó desviado. Bajó mucho para buscar la pelota, pero no encontró asociaciones. Marcó el tanto del honor cuando el partido ya agonizaba.

Escorado a la derecha, no fue el revulsivo buscado tras el descanso. Con el 3-0 pasó al centro del ataque junto a Benzema, pero la solución tampoco funcionó, aunque obligó a Ter Stegen a lucirse ante un chutazo suyo desde la media luna.

Un pase suyo demasiado arriesgado desembocó en la jugada que acabó con el tercer gol del Barcelona. No se notó su participación.

Sustituto de Carvajal. Sin incidencia en el juego.

Revulsivo para el tramo final del partido, cuando el Madrid acumuló muchos hombres en la zona ofensiva sin que sirviera para nada.