Zaragoza y Girona, a pecho descubierto, en un partido loco

En la segunda mitad, el conjunto zaragozano consciente de que no valían medias tintas se fue decidido a salvar el partido y con empuje, velocidad y desmarque consiguió darle la vuelta al marcador pero el Girona no se rindió y rescató finalmente un punto a cinco minutos de la conclusión.

Con los dos contendientes en una fase de tanteo en la que nadie parecía querer meterle una marcha más al juego llegó el primer gol, en el minuto 20, en una jugada aislada que anotó Borja García, que se adelantó a su marcador, tras una internada y posterior centro raso del lateral Pablo Maffeo.

Con el conjunto local asimilando todavía el tanto el Girona hizo subir el 0-2 al marcador ocho minutos después en una jugada con polémica y desgraciada para el equipo aragonés. Cristhian Stuani le robó el balón a Eguaras, en una jugada en la que reclamó falta, y posteriormente se cayó el central Simone Grippo, lo que dejó solo a Borja García ante Alvaro Ratón para hacer subir el segundo de su cuenta y de su equipo.

Al equipo de Víctor Fernández le tocó remar doblemente contra corriente y, a diferencia de lo que ocurrió con el primer tanto, reaccionó acelerando el juego, lo que comenzó a poner el problemas a su rival.

Tras un cabezazo de Luis Suárez a las manos de Juan Carlos, el colombiano volvió a demostrar su picardía y su fe en una presión sobre el guardameta del equipo catalán, que estuvo muy lento a la hora de controlar el balón y permitió que el goleador zaragocista metiera el pie antes de que pudiera despejar, para acortar distancias y meter de nuevo al conjunto 'blanquillo' en el partido.

Con el ánimo recompuesto tras el descanso el equipo aragonés puso más velocidad en sus acciones lo que le sirvió para empatar a los cinco minutos del segundo periodo en una jugada de Soro que finalizó con un taconazo Javi Puado.

El gol fue la espoleta para los mejores minutos del equipo local, que llegó con claridad a la meta visitante con el juego abierto a bandas ante un Girona que no se creía que su rival le hubiera igualado el partido.

Con determinación el Real Zaragoza exploró los costados que se convirtieron en la mayor amenaza para su rival y con la fe intacta forzó un penalti por mano de Jonás Ramalho en el minuto 78 que, convertido por Luis Suárez, le daba la vuelta al marcador y obraba el milagro de la remontada completa con el segundo tanto del goleador.

Sin embargo, en un balón colgado al área del Girona cuando buscaba desesperadamente no irse de vacío, una mano de Alberto Guitián supuso un penalti señalado por el VAR, como el anterior, para restablecer las tablas siete minutos después que ya fueron definitivas.