Vértigo de Pellegrini, solidez de Lopetegui

Son dos estilos muy diferentes que hoy se someten a examen en el tercer derbi de la temporada, pasión local indiscutible y expectación nacional e internacional después de los incidentes de la confrontación copera. Una salsa amarga que llegó a estropear la buena relación que mantienen Lopetegui y Pellegrini. La conversación que ambos mantuvieron sobre el césped cuando finalizó la reanudación a puerta cerrada no fue agradable. Reproches y visiones contrapuestas sobre la reacción posterior a la agresión a Jordán, jugándose ahí otro partido diferente al que se vivió sobre el césped. Caballerosos en sala de prensa, sólo queda el detalle del chileno cambiándole el nombre a Lopetegui, al que llamó «Julián».

Ambos coinciden en que dirigieron al Real Madrid y no salieron muy bien. Lopetegui encajó a la perfección en la idea que Monchi, demiurgo en el Sánchez Pizjuán, cinceló para hacer al Sevilla campeón de la Liga Europa en su primer curso y en búsqueda de la evolución para desafiar retos superiores. Empadronado en puestos Champions, ha tratado de subvertir el orden establecido por los tres mastodontes de la Liga y ahí se encuentra cómodo en la segunda plaza que es suya desde hace meses, apretándole al Madrid y sólo ahora pendiente de los perseguidores, liderados por el Betis que hoy tratará de ponerse a sólo dos puntos. Intenso y obsesivo, Lopetegui juega el partido desde cualquier óptica. Reacio a ofrecer pistas sobre los lesionados y dudosos, exprime al futbolista explorando sus mejores virtudes. A veces pasa factura, como en la sucesión de lesiones musculares de este curso. Un misterio con explicación en la rotación corta, la alta exigencia, una pretemporada inestable y hasta el Covid, según Monchi .

Ha edificado Lopetegui al equipo más fiable del curso, que no se permite un descalabro. Adusto en las formas pero abrazado a la adición de puntos a su casillero. Quizás sea el debate que más le afecta en estos momentos, puesto que parte del sevillismo se cuestiona por qué su equipo no es capaz de mostrar la misma soltura con la pelota que su eterno rival. Ganar por encima de las formas hasta que se comprueba que las formas importan para ganar. El crédito del curso para Lopetegui se puede poner en cuestión si el Betis gana hoy, puesto que ya hizo daño el descalabro copero ante el eterno rival y la ventaja en la Liga es lo que pauta la calma en Nervión. Sobre esa superficie juega Lopetegui, hoy con su mejor línea en inestabilidad por las bajas de Koundé y Rekik y la duda de Diego Carlos .

Es Pellegrini, de 68 años, la expresión de liderazgo en un equipo al que le ha dado la vuelta como un calcetín en su rendimiento. Autoridad sin levantar la voz, experiencia y estudio. El futbolista escucha y comprueba que todo lo que apunta el chileno lleva una carga indiscutible de razón cuando se aplica. El Betis es el único de España que sigue activo en tres competiciones. Cuando aterrizó en el Villamarín, el debate era si Pellegrini buscaba una jubilación. Pronto se resolvió viendo cómo rendía este Betis, con una plantilla similar a la que Rubi condujo a la decimoquinta plaza en la 2019-20. Está a punto de conseguir un hito, puesto que sólo una vez este club de historia tan peculiar como irregular se clasificó dos veces seguidas a Europa. Enamorado de Andalucía desde su etapa en Málaga, es capaz de revivir los logros que dibujó allí y en el Villarreal. Acaba de renovar y quiere más.