El Tenerife coge aire a pesar de un partido gris

Este efectivo sistema visitante y la carencia insular de los recursos precisos para traspasarla, ensombreció más de media hora de una insulsa contienda, en la que únicamente un disparo de Nahuel al graderío alto al filo de la media hora , y a pase de Lasure, importunó este deslucido y anodino espectáculo.

Nahuel se erigió de nuevo en protagonista en el minuto 39, un balón dejado por Dani Gómez al borde del área pequeño, lo golpeó el atacante argentino ante el meta con tanto ímpetu y fuerza que dejó de lado, o se olvidó, de hacerlo entre los tres palos, por lo que el balón casi acaba fuera del recinto capitalino.

Por su parte, el único bagaje ofensivo leonés en este periodo se saldó con un lejano disparo de Saúl Crespo , una vez superada la media hora de juego, que también acabó con el balón en el graderío, pifia que emulaba a las de Nahuel y que también casi que rogaba la conclusión de esta pésima primera parte

Tras la reanudación poco o nada incidió en ambas plantillas, al menos en sus respectivas prescripciones posicionales, puesto que las mismas permanecieron sólidamente indelebles, aunque el paso de los minutos propició la aparición de alguna que otra pequeña fisura en una y otra retaguardia.

Este tedioso juego se vio sobresaltado de nuevo por una acción atacante tinerfeña en el minuto 67, esta vez por un córner lanzado por Bermejo que Joselu remató en el primer palo, pero el meta rechazó el balón, y Dani Gómez, casi que a placer, remató también a los guantes del cancerbero que sacó el balón sobre la raya de gol.

Esta jugada fue un claro preludió de los aprietos a los que se vería a sometido el cuadro leonés, primero Alberto, de cabeza, puso en serios aprietos a René, y a continuación, en el minuto 76, Sipcic acertó de pleno al rematar a la red un centro de Lasura, tras adelantarse al meta, aunque el gol necesitó el auxilio del VAR.

Y ya de aquí al final, por más que el técnico visitante Jon Bolo ordenara adelantar sus líneas, su equipo finalmente no pudo neutralizar el tanto local y, por tanto, no conseguir punto alguno que le acercase un poco más a la zona de promoción, propósito que, por el contrario, si lo hace la hueste dirigida por Rubén Baraja.