Sevilla, talismán de la selección

El primer partido de España en la capital andaluza se celebró en el campo de Reina Victoria el 16 de diciembre de 1923. Fue un amistoso contra Portugal que se ganó 3-0. Seis años después, mismo escenario y mismo rival, que esta vez sucumbió 5-0. Hubo que esperar hasta 1964 para que Sevilla alojara su primer partido oficial. España ganó 5-1 a Irlanda en el Sánchez Pizjuán, un choque clasificatorio para la primera Eurocopa que se adjudicó nuestra selección.

Pero si hay un partido memorable por encima de todos es el que se disputó el 21 de diciembre de 1983 en el Benito Villamarín: España-Malta. Era necesario un milagro en forma de carro de goles (once o más) para estar presente, un año después, en la Eurocopa de Francia, superando así en el goal average a Holanda. Un gol de los malteses (que empataron el partido, 1-1, en el minuto 24) pareció sellar la suerte del combinado español. La primera parte concluyó 3-1, poquísima renta. Pero en una segunda mitad de locos el portero maltés, el inolvidable Bonello, vio como su meta era perforada sin remisión. Santillana (4 goles), Poli Rincón (4), Maceda (2), Sarabia (1) y Señor (1) sellaron un 12-1 de escándalo. Aquel resultado sacó a la selección española de la depresión por el papelón realizado en el Mundial 82.

Otro momento mágico tuvo lugar el 17 de noviembre de 1993 en el Sánchez Pizjuán. Enfrente, Dinamarca, y la presencia en el Mundial de Estados Unidos en juego. España necesitaba la victoria de forma imperiosa para conseguir el billete. En el minuto 63 Fernando Hierro marcó de cabeza un gol que quedaría para siempre grapado a la memoria de los aficionados. La última vez que Sevilla acogió un partido de la selección fue en febrero de 2009, un amistoso frente a Inglaterra cuyo resultado fue 2-0.