Liga Santander
Un empate a buen fútbol
Crónica
Anoeta es un campo difícil para el Barça, incómodo, que le ha causado momentos de una gran amargura. La Real sabe cómo jugarle al Barcelona , y aunque siempre ha estado por debajo en la jerarquía, nunca los resultados de estos encuentros han podido ... darse por descontados. Los vascos empezaron fuertes, mordiendo, como saben, con un Barça que de entrada buscó un registro pasivo , tan distinto de lo que normalmente hace. A medida que a Griezmann le crece la coleta cada vez parece más un operario de taller fraudulento de motocicletas que en hace de actor porno en las horas muertas para sacarse un dinero extra.
La media de edad de los jugadores de la Real es de 24 años. La del geriátrico está en los 28. En el 9, el árbitro vio cómo Busquets retenía a Llorente a la salida de un córner y señaló penalti . Es lo que siempre sucede y nunca se señala, pero no por ello resulta menos penalti. Lo inusual no tiene porque ser injusto. El Barcelona poco a poco regresaba a su imagen más vulgar y descuidada, la Real mandaba mucho, demasiado. Minuto 15 y ninguna jugada de peligro, ni siquiera de interés, en el área de Remiro. Poco pan y menos tomate.
Oyarzábal tiene un 47 de pie y este año ha acabado empresariales. Mide 1,80: no es poco, pero no justifica un pie tan grande. Pese a ello es habilidoso, delicado, y chutó el penalti como si tuviera un 43. Bien. Tiene mérito jugar tan fino al fútbol con un pie tan grande. El Barça perdía y la Real no sufría. Anoeta casi lleno y feliz de saltos y cánticos. Odegaard era el alma del ataque local. Messi no comparecía . Después de Barça y Madrid, la Real es el equipo con más posesión de la Liga. Muy bien Piqué , ángel de la guarda de su equipo. Griezmann se equivocaba en cada decisión importante que tomaba, no sé si por las motos o por las escenas tontorronas. Piqué en el 32 tapó muy bien un peligroso centro de Isak. Décimo balón rechazado por el central azulgrana, quinto córner para la Real.
Pero aunque continuaban siendo más profundos los vascos en sus ataques, un error de Zubeldia, que pagó la falta de oficio como central, propició el empate de Griezmann, con un toque muy preciso, picado por encima del portero , como en su gol de la semana pasada contra el Mallorca. Preciso y delicado como si al final de su peli guarrindonga le hubiera pedido a la coprotagonista matrimonio. No celebró el gol el francés, por respeto a su antigua afición. Primera parte rítimica, intensa, local. Las salidas ganaron a las presiones
La segunda parte empezó igual. La Real, ataques más largos. El Barça, más breves . La Real más precisa pero el Barça más eficaz, y en el 48, Piqué ganó un choque directo por anticipación, Busquets se la puso al espacio a Messi, que generosamente se la dejó a Suárez para que empujara sin oposición, como en el Pigma. El Barça de los arañazos volteaba a la Real del control y la generosidad. Los de Imanol empezaban a estar cansados y a dudar de sus posibilidades.
Piqué, en claro ascenso, podía con todo. En el Wanda casi marca y en Anoeta también. Pero por segunda vez en poco tiempo Ter Stegen volvió a equivocarse en un centro lateral y queriendo rechazar el balón se lo sirvió dulcemente a Isak para que empatara. En la celebración del gol, pecho con pecho, pasó algo muy vasco, y es que Monreal y Oyarzábal, en el salto, además de darse con el pecho se dieron con la cara . Monreal sangró tanto que tuvo que cambiarse la camiseta y los pantalones, y le graparon el labio. La Real no se conformó con el empate y salió en tromba a por el partido. Puso contra las cuerdas al Barça. Semedo y Aleñá entraron por Alba y Busquets.
El partido se rompió en el intercambio de golpes y Arturo Vidal entró por Rakitic. Ninguno de los equipos se conformaba con el empate pero el empate fue lo que finalmente se concretó en un partido noble, digno, competitivo en todos los ámbitos, de fútbol de calidad cada cual con sus argumentos, y que cualquiera de los dos equipos habría podido ganar y hubiera sido justo.
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