LIGA BBVA
La juventud blanca festeja a sus héroes
Algunos jugadores se saltan el protocolo de seguridad para saludar a su hinchada
A. Aragón / B. Valverde
Durante tres años el Real Madrid tuvo que aguantar el dominio del Barcelona en la Liga española. Este jueves fueron sus aficionados quienes soportaron el chaparrón hasta que sus ídolos llegaron a Cibeles. 25.000 fieles celebraron la conquista del 32º título liguero.
Veinte horas horas después de que Cristiano Ronaldo sentenciase su primera Liga como madridista, una lluvia torrencial amenazaba con frenar los festejos que el equipo blanco tenía preparados en torno a su lugar fetiche. La plantilla salió del Santiago Bernabéu a las 19.20 horas. En un autobús con matrícula R-Madrid y presidido por el lema «Campeones, 32 ligas» , los jugadores iniciaron el recorrido rodeados por sus fieles.
A pesar del mal tiempo, la afición aguantó bajo la insistente lluvia al ritmo de «I Will Survive» hasta que el autobús enfiló el Paseo de Recoletos con rumbo a Cibeles. Fue entonces cuando el clima abandonó el guión y dejó paso a los campeones.
Ya coronados, hubo quien se saltó el protocolo para agradecer la entrega de los seguidores que se habían desplazado a la cita. Pepe, el jugador más impulsivo de la plantilla, dribló el cordón de seguridad madridista para correr hacia los aficionados. Tras él, fueron Cristiano Ronaldo y Marcelo, quienes regalaron gestos de complicidad. Logrado el objetivo, quedaba el momento de la comunión.
El sector joven de la hinchada dominó el aforo. Las banderas y las bufandas tomaron el relevo de los paragüas y el «We Are The Champions» sirvió de comienzo formal para la ceremonia . Uno a uno, la megafonía fue anunciando a los héroes. Higuaín, Casillas y Cristiano dominaron los vítores hasta que sonó el nombre del técnico. El público rugió al grito de José Mourinho, reconociendo en él al artífice de uno de los mejores campeones de la historia.
Recuerdos al Barça
El portugués, pese a ser aclamado por la afición, sólo abandonó el grupo para atender a la prensa durante un par de minutos. Tras cumplir el compromiso, dejó el protagonismo a sus discípulos. En medio de la euforia hubo hueco para el gran enemigo . Imposible olvidarse del rival que les ha obligado a alcanzar los 94 puntos para poder alzar la copa. Los jugadores, en cambio, sólo tenían ojos para la Cibeles, que en esos momentos recibía la bandera de manos del capitán. Iker Casillas besó el escudo y celebró con ella su quinto título de Liga .
El ambiente festivo dominó el evento, aunque hubo que lamentar pequeños incidentes. La fiesta se saldó con un detenido, según informó la Jefatura Superior de Policía, mientras que quince heridos leves tuvieron que ser atendidos por el Samur por cortes y mareos. Los servicios de emergencia de Madrid notificaron que cuatro de ellos fueron trasladados al hospital.
La misma tónica de tranquilidad imperó en la madrugada del miércoles, cuando más de 3.000 aficionados se dieron cita en Cibeles solo minutos después de que la victoria (0-3) en San Mames certificara el campeonato de Liga.
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