Pepe: «Pido perdón a los jugadores y entiendo que merezco un castigo»
La brutal agresión de Pepe a Casquero dará la vuelta al mundo y quien no conozca al infractor pensará que más que un futbolista se trata de una bestia. El central del Real Madrid perdió la cabeza después de cometer penalti sobre Casquero y sufrió ... una especie de ataque de enajenación transitoria impropia de un profesional. La dos patadas al centrocampista y un posterior puñetazo a Albín no tiene ningún tipo de defensa.
No hay explicación posible a su conducta. Menos todavía cuando se llega a conocer al futbolista, un hombre educado, religioso, el hombre de la eterna sonrisa que siempre lleva el retrato de una virgen debajo de una llamativa muñequera. Ayer se le fue la cabeza y su respuesta desmesurada encontrará respuesta en los Comités de Competición. Pepe dio la cara ante la prensa: «Estoy triste. Decepcionado con mi actitud, muy fea. Estaba caliente. Soy un ser humano y tengo derecho a fallar. Pido perdón a los jugadores y a la familia y entiendo que merezco un castigo. Y a toda la afición. No he hablado con Casquero. Lo que he hecho no es ejemplar. No sé lo que me ha pasado y no hay explicación».
Tampoco es la primera vez que Pepe pierde los nervios. Desde el primer momento ha hecho gala de esa metamorfosis . Ya en la pretemporada escupió al jugador del Cadiz Enrique en el Trofeo Carranza. Le cazaron las cámaras y ahí comenzó a forjar una leyenda con tintes extraños. No tuvo reparos en pedir perdón y se ganó la confianza de todos.
Y es que Pepe tiene buen corazón. Los que le conocen saben que es un trozo de pan. Ha sobrepasado la línea de la legalidad en ocasiones, un exceso que le ha costado varias expulsiones, como fueron sus actuaciones ante la Roma en la Copa de Europa y frente al Sevilla en la Supercopa en la pasada temporada.
Pepe está arrepentido, pero ahora mismo se encuentra en una encrucijada compleja. El club debe asumir su responsabilidad aunque en vista de las declaraciones de Juande no parece tan claro. El entrenador vio otra jugada en la acción: «Mi interpretación es que perdió los nervios porque había hecho penalti y comenzó a tirar patadas al aire sin querer dar al jugador. Se ha vuelto loco consigo mismo. Un hombre es más grande que un balón y si hubiese querido darle, le habría dado. No ha sido tan grave. ¿Sancionarle? Es una situación difícil».
Más claro lo vio el presidente del Getafe. Ángel Torres: «Espero que le caigan diez partidos. No se puede permitir lo que ha hecho. Ha podido desgraciar al jugador».
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete