De Gea estrena palmarés con Agüero en el banquillo

Al final del partido Nani abrazaba a De Gea y le daba unas palmadas en la espalda. «Ya lo irás entendiendo», parecía decir. Al portero le sobrepasó su estreno oficial con el United y falló en los dos goles encajados, pero asistió a una demostración del carácter que ostentan los «diablos rojos».

Le enardeció el paso por los vestuarios de Wembley, como al resto del equipo. La señal vino desde el banquillo. Ferguson despachó a Ferdinand,Vidic y Carrick, pesos fuertes con poco ánimo ayer sobre la hierba, para dar entrada a un trío de valores bisoños (Jones, Evans y Cleverley) que siguió la remontada. El atrevimiento salió redondo. El United, disfrazado en una juventud insultante, se adueñó de todo. Smalling acortó en un fallo de la defensa y antes de que el City pudiera ponerse a cubierto, llegó el empate. Difícil ver un balcón cortejado con tantas galas como lo fue el del área del City. Una prodigiosa jugada al primer toque que culminó Nani para desconcierto de Mancini.

El italiano, que debe entender mal aquello de que una retirada a tiempo es una victoria, quitó un delantero. El Manchester United empujó, acosó y asedió hasta lograr su objetivo: que el City entregara las llaves. Lo escenificó en el tiempo añadido con un regalo a Nani que el portugués agradeció.

De Gea conoció sobre el terreno el espíritu de su nuevo equipo. Agüero padeció el del suyo en el banquillo.