FÚTBOL SALA
España rozó la tercera estrella
La selección española cayó 3-2 ante Brasil en una disputada final del Mundial de Tailandia que se decidió en la prórroga. El conjunto de José Venancio dominó el encuentro durante muchos minutos pero no pudo con la calidad individual de los brasileños.
MIGUEL ZARZA
No pudo ser. España puso todo lo que estaba en sus manos para derrotar a Brasil pero no fue suficiente. La calidad individual de los jugadores brasileños, elevada a la máxima potencia en las piernas de Neto, les bastó para contrarrestar ... a los de Venancio y sumar un nuevo título. España se quedó a un paso del que habría sido su tercer campeonato del mundo.
La primera parte fue de dominio casi absoluto de la selección española. Venancio comenzó el partido con un quinteto experimentado que logró ahogar a los brasileños. En los primeros minutos los de Sorato solo pudieron aguantar el ímpetu español, pero demostraron la dinamita que tienen en las zapatillas cuando Fernandinho hizo la primera ocasión del partido, que se marchó alta. Brasil funcionaba por impulsos, con algún ataque aislado o un par de acciones consecutivas, pero sin llegar a poner a prueba a Juanjo. Gracias al buen hacer de sus compañeros, que se hicieron dueños del balón, el portero ciezano apenas intervino en este acto.
Con la salida a pista de un quinteto de potencia en el que estaban los Ortiz, Lin o Lozano, España aumentó su sensación de peligro y a punto estuvo de adelantarse en el marcador con una gran jugada que culminó Sergio Lozano con un disparo que salvó bajo palos Vinicius. Brasil se defendía como podía, incluso con alguna acción antideportiva, como una salvaje entrada de Je al propio Lozano que dejó al jugador del Barça fuera durante muchos minutos. Los árbitros, en su línea durante todo el Mundial, ni siquiera señalaron falta.
España no se dejó intimidar. Es más, en un par de saques de esquina pudo ponerse por delante por medio de Miguelín y Aicardo. Eran los momentos de mayor control de los españoles, que no dejaban a los de amarillo sobrepasar la línea del medio campo. Y cuando lo lograban, los contragolpes de los de Venancio eran fulminantes. Así, rondando el minuto 12 hasta tres veces temió Tiago que el balón se alojase en su portería, sobre todo en una ocasión que Fernandao no acertó a convertir.
Brasil pasa a la ofensiva
A falta de seis Brasil se decidió por fin a arriesgar, adelantó la presión, aceleró sus acciones y metió a España en 10 metros. Pero los de Venancio ni se inmutaron y a punto estuvieron de aprovechar esta circunstancia a su favor con varios robos peligrosos. A falta de 1 minuto para el descanso la imaginación española para las jugadas de estrategia casi dió sus frutos pero el disparo de Miguelín no pudo empujarlo Fernandao en el pivote.
En la segunda parte Brasil salió con otra actitud. Con el mediático Falcao en el quinteto se lanzó a por el gol y, después de varias ocasiones salvadas por Juanjo y su defensa, Neto hacía el primer gol del encuentro con un potente disparo a los 4 minutos. El tanto cambió el partido. Los brasileños recularon y dejaron la iniciativa a España. Se multiplicaron las camisetas rojas en el área de Tiago y con ellas las ocasiones. Sin embargo Brasil, tiró de oficio y picardía para frenar la acometida española, e incluso pudo ampliar la diferencia por medio de Simi. Pero cuando España acertó lo hizo por partida doble. Primero Torras empujó con el alma un balón suelto tras disparo de Miguelín en una falta ensayada, y solo un minuto después Aicardo daba la vuelta al marcador con un misil marca de la casa.
Heridos en su orgullo los brasileños se lanzaron a tumba abierta a por el empate. Balones al pívot, disparos lejanos... lo intentaron de todas las formas posibles pero España aguantó el envite. Y pudo ampliar la ventaja a falta de cuatro minutos cuando Jordi Torras estrellaba una falta ensayada en el larguero. Lo pagaría, pues inmediatamente después Brasil ponía en juego el portero-jugador y en su primera acción hacía el 2-2. Con ese resultado se llegó a la prórroga.
España afrontó el tiempo extra con la espada de damocles de las cinco faltas pero apenas se notó y en la primera parte las mejores ocasiones fueron rojas. En la segunda se repartieron más, pero fue Brasil el que pudo llevarse el partido a poco más de un minuto para el final. Rodrigo dispuso de un doble penalti que Juanjo, inmenso, desbarató. Con quien no pudieron los de Venancio fue con Neto, que con todo el mundo pensando ya en los penaltis hizo magia en la banda para marcharse de Fernandao y fusilar al portero de Inter Movistar.
Incluso sin tiempo España fabricó con portero-jugador una última ocasión para empatar, pero Tiago no lo permitió. La selección española cayó en un partido de fútbol sala más de siete años después y se quedó muy cerquita de coserse la anhelada tercera estrella en el pecho. Con la miel en los labios pero con la satisfacción de haberse dejado todo en la cancha.
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