El ejemplo de Juan Sánchez, el único presidente sordo del fútbol español

Si el coronavirus no hubiera apagado el fútbol, Juan Sánchez Torrecillas hubiera ejercido el domingo como anfitrión de los directivos del CD Manchego en la última jornada de Liga. La sordera nunca no ha sido un problema en su trabajo para este encuadernador ya jubilado, tampoco en el fútbol. «Nací oyente, pero a los 22 meses enfermé de meningitis, lo que me provocó la pérdida de la audición», recuerda con la ayuda del teclado. A partir de entonces comenzó una lucha que nunca se ha detenido. Fundador de la Federación de Personas Sordas de Castilla-La Mancha (Fesormancha) y actual presidente de la Asociación de Sordos de Almansa ( ASA), sus más de 40 años de experiencia en movimientos asociativos le han facilitado la labor al frente de este equipo de Tercera división. «La gestión y la administración de la junta directiva de la UD Almansa es algo diferente, pero en estos meses ya me he ido familiarizando».

Su discapacidad nunca le han asustado a la hora de afrontar retos desde muy joven. «A los 20 años de edad, abrí mi propio negocio, una empresa de encuadernación, pues había aprendido el oficio en el Instituto Valenciano de Sordos y en la Imprenta Quilogas, un taller situado en Oviedo en el que pude aprender mucho cuando pasaba allí mis vacaciones. El dueño fue de joven jugador del Ourense», recuerda. Una relación que le introdujo aún más en el fútbol, un deporte que empezó a gustarle ya de niño.

Veterano seguidor del equipo albaceteño, Juan conoció en su juventud el viejo estadio de La Glorieta y ahora se mueve por las entrañas del Paco Simón , un campo levantado a los pies del majestuoso castillo de Almansa. Su llegada a la presidencia como relevo de Miriam Monje resultó casual. Una conversación con un sobrino fue el impulso que le animó. «Ya conocía a la mayoría de los miembros de la junta directiva y la única condición que les puse fue que aprendieran algo de comunicación en lengua de signos», recuerda el dirigente.

Su llegada al vestuario fue una sorpresa para la plantilla, en la que figura un ilustre de la categoría, Paco Septién , el futbolista que más temporadas seguidas acumula en Tercera división (21). «Los jugadores y los técnicos se sorprendieron mucho con mi elección, pero poco a poco va fluyendo la comunicación entre nosotros a través de la lectura labial y de la lengua de signos que les voy enseñando, se podría decir que tenemos un sistema mixto de comunicación». Septién, el eterno capitán , corrobara a través del teléfono la explicación de su presidente. «Con Juan es fácil comunicarse, lo único que hay que hacer es mirarle a la cara para que él te lea los labios. Es una grandísima persona y todo lo que le pides te lo intenta solucionar lo más pronto posible», asegura el veterano defensa. Pero no todo resulta tan sencillo para una persona como él. «En las reuniones establecidas para conseguir subvención para el equipo necesito un intérprete de lengua de signos», aclara el dirigente almanseño.

La pregunta a Juan Sánchez es obligada. ¿Se considera un ejemplo para otras personas que también sufren sordera? La respuesta no tarda en aparecer en la pantalla: «Sí, es posible. En la Federación Andaluza de Deportes para Sordos , el presidente es una personas sorda, pero yo soy el único que preside en el fútbol de personas oyentes. Depende de la capacidad de cada persona sorda y de su decisión, pero la mayoría temen a la dura barrera de la comunicación y se sienten inseguras, por lo que necesitan la figura del intérprete de lengua de signos».

Risueño y siempre alegre según le pintan los que le conocen, Juan no ha sentido ningún rechazo por parte del mundo del fútbol. Al contrario. «Por lo general la actitud es buena, hay empatía, bromas y buen humor. El público, en general, ya me conocía porque, durante los últimos cinco años, llevo mostrando unas pancartas en el campo de fútbol cuando llega el Día Internacional de las Personas Sordas ».

Persona querida en Almansa, la pandemia ha impedido que Juan Sánchez haya podido disfrutar en los dos últimos meses de su equipo, que se ha quedado fuera de los playoff de ascenso. La próxima temporada, sin oír los goles pero con el mismo ánimo y alegría que ha afrontado todos los restos a lo largo de su vida, continuará al frente de su club, al que también espera seguir defendiendo Paco Septién . El defensa, que debutó con el equipo de su pueblo en Tercera División en enero de 1998, compagina el fútbol con su trabajo en un bar de su propiedad, ahora cerrado por el Covid-19 . Como su presidente, también mira con ilusión al futuro. «Mi intención es seguir hasta que la cabeza diga basta, soy consciente de que me queda más poco que mucho, pero quiero disfrutar lo que me quede al máximo", explica Septién a este periódico. Una continuidad que tendrá que negociar con su presidente, un hombre ejemplar en el fútbol español.