Denuncia racista en el Cádiz - Valencia

El central francés de origen africano se habría quedado llorando en el vestuario antes de, como aseguró el Valencia, pedirle a sus compañeros que saliesen al campo «a luchar». Así lo reconoció el capitán valencianista José Luis Gayá tras el pitido final. «Diakhaby está hundido y solo hemos salido al campo porque él nos lo ha pedido», dijo el alicantino. Tras la reanudación del juego, la incongruencia hizo acto de presencia, pues mientras el equipo valenciano condenaba con fiereza el racismo en redes sociales (y posteriormente en un comunicado donde se reafirmaban en que su jugador había sido «víctima del racismo»), los jugadores volvían al campo a disputar lo que quedaba de encuentro, espoleados por la posible sanción que acarrea el ausentarse durante un partido. «Nos han dicho que si no salíamos perdíamos los tres puntos... o algunos más», corroboraba Gayá a los micrófonos en la entrevista pospartido. De momento y en este caso en concreto, una hipotética victoria vale más que la lucha contra el racismo. El Valencia, por cierto, perdió 2-1.

El manto de aparente normalidad y surrealismo se prolongó el resto del encuentro, pues Diakhaby vio lo que restaba de envite desde la grada y con mascarilla, como si nada hubiese pasado. La escena no tiene precedentes en el fútbol español, donde el racismo ha discurrido de una forma más translúcida que en otros lugares pero igual de inhumana y denunciable. Futbolistas de la talla de Roberto Carlos, Samuel Eto’o o Dani Alves , al que le lanzaron un plátano en una visita del Barcelona al campo del Villarreal en 2014, son algunos de los ejemplos más claros (pero no los únicos) en los que el anonimato de la grada o los propios compañeros de profesión han ejercido la peor de la provocaciones.

El Cádiz también dio su versión de los hechos. Los andaluces emitieron un comunicado en el que, en primer lugar, condenaban todo tipo de racismo y xenofobia «sea quien sea su autor». También recalcaron la predisposición a ello de sus futbolistas, ya que «son firmes defensores de la lucha contra el racismo, cuya actitud siempre ha sido ejemplar en todos los encuentros que se han disputado». Además, matizan que « la entidad no puede entrar a valorar los lances propios del juego entre los jugadores» y que exige «respeto antes los rivales».

Hasta ahora, nadie había dicho ‘basta’ como sí lo hizo Diakhaby ayer. Pese a que es la primera vez que pasa en nuestro país, que los futbolistas decidan abandonar el campo como respuesta al racismo, es una acción cada vez más común en el panorama continental. El caso más relevante se dio el pasado diciembre en el PSG - Basaksehir de la fase de grupos de la Champions League. Uno de los componentes del cuadro arbitral se refirió a uno de los asistentes del equipo turco con la palabra «negro». Los jugadores no volvieron al campo y el partido se disputó al día siguiente, con todos sus actores con la rodilla en el suelo.