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Croacia encuentra motivos para soñar
Modric puso la calidad y Mandzukic trajo de cabeza a una Irlanda floja atrás y sin fútbol en el centro del campo
ignacio tylko
Croacia es inferior a España e Italia y perdió antes del campeonato al ariete Olic, pero se coloca líder y posee argumentos para ilusionarse. Ciertamente, Slaven Bilic , que no seguirá tras la Eurocopa, ha fabricado un equipo duro, rocoso y competitivo que confía ... en repetir al menos los cuartos de final de Austria y Suiza. En un duelo entretenido, impuso su mayor técnica al físico de unos irlandeses animosos pero sin centro del campo y muy inocentes en defensa. Les mataron dos cabezazos de Mandzukic , delantero del Wolfsburgo, y un regalo al borde del descanso. Y eso que, sobre el papel, el juego aéreo es su mejor virtud. [Así lo hemos narrado en directo]
Si algún futbolero pensaba que se trataba de un partido ideal para irse al cine, o a cenar por ahí, se equivocó. No fue exquisito, porque jugar como España y el Barça solo es cosa de privilegiados, pero no hubo tregua . Se trata de dos selecciones que no están en la gran élite, sobre todo los irlandeses, pero que ejercen su profesión con un derroche físico encomiable. Añaden un plus de motivación patriótica a la causa, y cuentan con dos aficiones volcadas que no entienden de lluvia, ni de crisis, ni de kilómetros, ni de misiones imposibles. Acompañan a su gente en masa allá donde vayan. Los croatas, proclives a las bengalas que obligaron a interrumpir un par de minutos el juego tras su segundo gol, resultan peligrosos.
El partido se abrió casi desde su arranque por uno de esos detalles decisivos. Resulta que Mandzukic supo darle fuerza en el remate a un balón que le llegaba mordido, despacio y sin peligro. Entró valiente, con fe, pero encontró la colaboración de un central, que hizo de don Tancredo, y del veterano portero Shay Given , un tipo que ya superó a un mito en la portería irlandesa como Pat Bonner, con más de 120 partidos, pero ha perdido reflejos y se le ve lento pese a que en el Aston Villa se recuperó de una temporada sin minutos en el City.
Lejos de hundir a los guerreros del viejo Trapattoni , ese tanto les espoleó. Se vinieron arriba, siempre con más corazón que juego. No llegaban a los dominios de Pletikosa porque, sobre todas las cosas, a sus dos medios les falta fútbol. Andrews y Whelan matan por recuperar el balón pero luego lo maltratan. No compensa tanto esfuerzo por obtener un tesoro para después rifarlo. Igualaron en otra acción aislada. Una falta lateral en la que el central St. Ledger entró con una fe que movió montañas. Superó en la disputa a Corluka y provocó el delirio en miles de irlandeses. Por ritmo e intensidad, se asemejaba a un duelo de la zona media baja de la "Premier League", donde milita el grueso de los verdes.
Modric baja el balón
Como resulta imposible mantener mucho tiempo un trabajo semejante, ocurrió que Luka Modric encontró espacios, bajó el balón al piso y permitió un largo período de claro dominio balcánico. El jugador con más clase sobre el campo no acostumbra a terminar los partidos en el Tottenham pero el que fuera expeditivo central del West Ham y el Everton le hace jugar más atrás con su selección. Quien se siente más a disgusto es Rakitic, tan escorado a la derecha.
El dominio croata se tradujo pronto en buenas ocasiones de Perisic , un gran valor del Dortmund, y de Modric. Hasta que en una jugada tonta, Jelavic , un ratón de área, hizo justicia al borde del descanso. Estaba en claro fuera de juego cuando Modric disparó, pero luego el balón le llegó pasado por un contrario. Fuego en Poznan.
En la reanudación, los croatas sí supieron cerrar el partido . De nuevo, marcaron enseguida. Y otra vez, de cabeza y con cierta suerte. Mandzukic, el héroe de la noche, se sacó un testarazo soberbio pero el balón entró de carambola. Golpeó en el palo y luego en la cabeza de un Given que a buen seguro tuvo noches más felices. Ya a la desesperada, Trapattoni buscó una ofensiva total con la entrada de Walters y Cox , esforzados delanteros de perfil bajo. Pero la batalla ya estaba acabada con triunfo balcánico y sin apenas noticias, salvo su sustitución a un cuarto de hora del final, del viejo Robbie Keane . El asedio final irlandés resultó infructuoso.
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