Cristiano, con sus goles 800 y 801, hace olvidar el gol más extraño encajado por De Gea

En el último partido de Michael Carrick y con su sucesor Ralf Rangnick presente en las gradas, el primer gol del choque permanecerá en los anales de la Premier League por su excepcionalidad. Emile Smith-Rowe disparó desde fuera del área a rechace de un córner mientras que el guardameta español estaba tendido en el césped.

De Gea cayó fulminado después de sufrir un pisotón involuntario por parte de su compañero Fred . El árbitro Martin Atkinson no vio al meta tendido en el suelo de espaldas a la jugada y el tiro supuso el primer gol del partido. Hubo revisión del videoarbitraje, pero el tanto subió al marcador.

La extraña jugada no pasó factura al United, que se fue decididamente al ataque y encontraron el justo premio del empate antes del descanso, cuando Bruno Fernandes marcó a pase del brasileño Fred. El portugués, que no veía puerta desde el 11 de diciembre, celebró con rabia ese gol en su partido 100 con la elástica roja.

La acción que involucró a De Gea quedó definitivamente olvidada por el protagonismo en la segunda parte de Cristiano Ronaldo, autor de un doblete , sus goles 800 y 801 a lo largo de su carrera, tanto en club como en selección. Entre ambos, el ex del Real Madrid Martin Oodegard, había anotado el 2-2 en el 54.

Con dos victorias importantes, en Villarreal en Liga de Campeones y contra el Arsenal, y el empate ante el Chelsea, Carrick cierra su periodo como interino en el banquillo dejando al equipo en una situación mejor de la que lo encontró. Tras el partido, el club anunció su decisión de abandonar el Manchester United después de 15 años como jugador y miembro del cuerpo técnico. Carrick jugó 464 partidos en el United entre 2006 y 2018.

Con 21 puntos, los 'diablos rojos' sólo son séptimos en la tabla, pero apenas les separan tres puntos del cuarto, el West Ham, que marca los puestos que dan acceso a la Liga de Campeones. Este revés, en cambio, supone un nuevo frenazo para el Arsenal (5º, 23 puntos) de Mikel Arteta, después del 4-0 que le infligió el Liverpool en su anterior salida.