Fútbol
Bartomeu, un chantaje sin recorrido
El presidente le ofrece a Leo Messi su dimisión, siempre que se responsabilice de ella y continúe en el club, sabiendo que su decisión es del todo irreversible
Josep Maria Bartomeu no quiere pasar a la historia como el presidente que dejó escapar a LeoMessi y está tejiendo una estrategia que, mas allá de tratar de revertir la decisión del argentino , limpie su imagen ante los socios y aficionados del Barcelona. ... Acorralado por las presiones del entorno y la oposición, que le hacen responsable de la desazón del argentino y le exigen una dimisión que alteraría su hoja de ruta , ha decidido patear la pelota y lanzarla al tejado del futbolista con una propuesta con pocos visos de prosperar.
Bartomeu le ha hecho llegar un mensaje a Messi que ha sido debidamente telegrafiado a los medios de comunicación. El dirigente estaría dispuesto a dimitir con un par de condiciones . La primera, que el futbolista reconociera públicamente que el motivo de su petición de rescisión de contrato es él. Yla segunda, que cambiara de opinión y se comprometiera a cumplir el contrato que le liga a la entidad azulgrana hasta el 30 de junio de 2021. Una propuesta de escaso recorrid o, de cara a la galería y dirigida a limpiar su imagen, ya que las causas por las que los abogados del futbolista tramitaron el famoso burofax del pasado martes van más allá de la relación que pueda tener con el dirigente, que tampoco es buena. De hecho, Bartomeu ha tratado de forzar un encuentro cara a cara que no ha tenido receptividad por parte del jugador, que ni siquiera le atiende al teléfono.
Como si fuera una partida de ajedrez, la directiva del Barcelona está pergeñando una estrategia con la que protegerse ante la opinión pública y presionar al futbolista para que especifique los motivos por los que ha decidido marcharse. Bartomeu sabe que ni una pública flagelación haría cambiar de opinión al rosarino, que ha tomado la decisión inamovible de cambiar de equipo . Desde el entorno de Messi se asegura que la goleada ante el Bayern de Múnich será el último recuerdo del jugador con la camiseta del Barcelona.
La maniobra de Bartomeu, además, no asegura unas elecciones inmediatas, sino que simplemente se produciría un cambio de presidente hasta el final de la actual legislatura, como sucedió en enero de 2014 cuando Sandro Rosell presentó su dimisión y el cargo fue asumido, precisamente, por Bartomeu. Ahora sería Jordi Cardoner , en su calidad de vicepresidente primero, el que asumiría la presidencia y lideraría la transición hasta las elecciones, que se celebrarán en la segunda quincena de marzo.
Con esta decisión, Bartomeu persigue dos objetivos. El primero es evitar que el club caiga en manos de una junta gestora sin facultades para tomar decisiones en un momento en el que se debe fichar y traspasar futbolistas para configurar el nuevo proyecto de Ronald Koeman y generar ingresos con los que financiarlo . El segundo es poder cerrar el ejercicio contable antes de abandonar el cargo. Hay que tener en cuenta que la directiva avala con su patrimonio personal las hipotéticas pérdidas que pudieran producirse durante su mandato y que la crisis del Covid-19 , con un impacto negativo de unos 300 millones sobre el presupuesto inicial, aumenta el déficit del club culé. Estos próximos meses se antojan vitales para que los rectores del club puedan cuadrar balances y presentar una economía saneada al nuevo presidente.
Sanear la economía del club
La salida de Messi es vista por una parte de la junta como una oportunidad para sanear la situación financiera del club. Ymás teniendo en cuenta que el argentino ya tiene 33 años y que solo le queda una temporada de contrato, por lo que próximo año podría marcharse libre y sin generar beneficios a la entidad. Además, no hay que olvidar que su salida aligeraría notablemente la masa salarial de la plantilla, que supera el límite recomendable. «Si finalmente Messi decide irse, habrá acabado un ciclo y ya está», aseguraban ayer a este diario desde la planta noble del Camp Nou, en un intento de restar trascendencia a la salida del, quizá, mejor jugador de la historia. A pesar de ello, se insiste en que el «10» sigue siendo la piedra angular sobre la que Koeman edificará su nuevo proyecto y se remite a la cláusula de 700 millones de euros como condición indispensable para que se marche y el holandés pueda armar a su equipo sin el liderazgo del argentino.
El club no le deja irse gratis
«No contemplamos la salida de Messi», aseguraba el secretario técnico, Ramon Planes , este pasado miércoles. Una frase interiorizada tras varias reuniones de urgencia con la que dejar clara la intención del club de no facilitar la salida de su estrella. «Messi le ha dado mucho al Barça, pero el Barça le ha dado mucho más a Messi. Y en tiempos de crisis es donde se demuestra realmente cómo son las personas », explicaban a ABC desde el seno del club, escenificando la decepción ante la forma de actuar del futbolista y justificando la decisión de exigir un traspaso.
Una de las grandes incógnitas reside en saber cuál será ahora la estrategia de Messi para forzar su salida, ya que el Barcelona le exige los 700 millones de euros de su cláusula de rescisión y el futbolista no quiere comenzar una guerra judicial que empañe su exitosa trayectoria en el club. Los abogados del argentino se amparan en el espíritu del contrato después de que la FIFA decidiera alargar los acuerdos estipulados debido a la pandemia del Covid-19, lo que consideran que les legitima para solicitar la rescisión contractual al entender que la cláusula liberatoria que expiraba el 10 de junio aún estaba vigente por estas causas excepcionales. El Barcelona, en cambio, se acoge a la literalidad del acuerdo para dar por renovado al futbolista hasta el 30 de junio de 2021.
Mientras en los despachos se diseñan nuevas estrategias, en los aledaños del Camp Nou prosiguen las protestas . Ayer se concentraron un centenar de aficionados en las puertas de las oficinas para criticar la gestión de la directiva con cánticos pidiendo la dimisión de Bartomeu y la continuidad de Messi.