El Athletic guarda silencio sobre el incidente entre Bielsa y Llorente

El diario "El Correo" recabó la opinión de sus dos portavoces oficiales y ambos coincidieron en rebajar la importancia de lo sucedido en las instalaciones de Lezama, a pesar de que se puede considerar como un hecho extraordinario que un técnico expulse a un futbolista del entrenamiento.

La junta encabezada por Josu Urrutia decidió no vender al delantero internacional al invocar su cláusula, 36 millones de euros , y ahora se enfrenta a un serio problema al mantener en las filas rojiblancas a un jugador que sólo piensa en marcharse porque se siente a disgusto en el Athletic. En realidad, la pelota envenenada siempre ha estado en el tejado del preparador de Rosario, obligado a solventar un escollo que crece en volumen cada día que pasa y que amenaza con revolver el vestuario.

Interpretar lo ocurrido entre el argentino y el riojano como un hecho aislado es poco menos que permanecer ajeno a la realidad o vivir en una paralela, sobre todo si se produce en un contexto ya de por sí convulso que mantiene al entorno con el corazón encogido. De hecho, hay máxima expectación por saber si Llorente entrará hoy en la lista de convocados para el compromiso europeo ante el Sparta de Praga y si Bielsa aludirá el miércoles a su conflicto con el ariete de Rincón de Soto en la rueda de prensa previa al partido.

Es decir, se seguirá hablando de Llorente y volverán a florecer las especulaciones, alimentadas sin duda por unos dirigentes que casi siempre optan por el silencio cuando las nubes se cierran y ocultan el sol. Tampoco ayuda a templar los ánimos la sonrisa que regaló el de Rincón de Soto al abandonar la fábrica de canteranos a bordo de su coche, como si lo sucedido no fuera con él o le importara más bien poco.

Los colaboradores más estrechos del presidente, y él mismo, han confundido discreción con incomunicación , lo que puede multiplicar el turno de preguntas ajenas a las cuentas en la asamblea de compromisarios del próximo día 15 y dejar los presupuestos en un segundo plano. Y es que, en el caso concreto de Llorente, Urrutia ha mantenido dos discursos antagónicos. Primero le puso a los pies de los caballos al conceder la soberanía popular a 'La Catedral' cuando anunció que el delantero no quería renovar y, días después, pidió que no se le silbara.

Tras una temporada para enmarcar en la que el deustoarra y su 'gure estiloa' salieron reforzados, el verano no le ha dejado respirar ni un solo día . La sucesión de conflictos iniciada a principios de julio activó un, hasta el momento, imparable efecto dominó y la última ficha está cada vez más cerca. Si ésta cayera las consecuencias serían, ya sí, imprevisibles, y Urrutia se vería obligado a ofrecer explicaciones probablemente durante varias jornadas.

Mientras tanto, asiste perplejo a una especie de 'poltergeist' estival que ha desgastado su imagen y que ha puesto en tela de juicio su gestión al frente de Ibaigane. Habrá que esperar a la próxima comparecencia periódica ante los medios para conocer su opinión.