Un Valencia gris saca petróleo de Vallecas

Ni siquiera la poderosa pareja de centrales que forman Mustafi y Otamendi se salvó en un primer tiempo espeso, sin argumentos, sin alternativas, sin fútbol y sin ocasiones del Valencia. Removió su once Nuno. Hubo rotaciones, pero en exceso visto lo visto. Dio la vez a Yoel, quien al menos estuvo más activado que sus compañeros. Cambió los laterales, dando paso a Cancelo y Orban. Aguantó en el once a Javi Fuego, quien lo ha jugado todo, que tuvo como acompañantes a Filipe Augusto y Carles Gil. Ante el Barça salió el técnico luso con Feghouli, Rodrigo y Negredo y en la cita copera en Madrid lo hizo con De Paul, Piatti y Paco Alcácer. Lo cierto es que Paco Jémez también cambió piezas en su equipo. Dio entrada a algunos futbolistas que merecían la oportunidad. El plan B rayista superó al valencianista en el primer tiempo.

Después de un primer cuarto de hora de partido impreciso y sin un dominador, el Rayo, algo más enchufado, fue ganando la mano al Valencia. Más ganas que los visitantes, que se mostraban muy apagados y laxos. Ganó claramente, aunque sin alardes, el medio del campo y dominó el argumentario ofensivo del encuentro. Por los costados desgajaron a Cancelo y Orban y por el medio los tres jugadores que alineó Nuno anduvieron perdidos. El Rayo provocó diversas acciones a balón parado. En una de esas, los madrileños sirvieron un saque de esquina por la derecha y Orban en un intento por despejar un balón que se le vino encima se la dejó a Álex Moreno para que rematase a un metro de Yoel.

El portero gallego fue el mejor del Valencia en el primer acto. Dominó el Rayo y generó algunas oportunidades, mientras el equipo de Nuno no hacía otra cosa que intentar encontrarse, pues poco le pudo competir a los de Jémez, que se marcharon al descanso con una renta de un gol y mejores sensaciones que un rival apagado. Ze Castro se lesionaba en una última acción antes del paso por vestuarios y fue sustituido por Amaya con el arranque del segundo tiempo.

Yoel Rodríguez apareció soberbio en dos acciones consecutivas con el regreso del fútbol en Vallecas. Nacho, primero, y Álex Moreno, después, encontraron a un portero muy metido en el asunto. A los nueve minutos del segundo acto, se registró el primer lanzamiento a puerta valencianista. Javi Fuego le pegó duro y raso al balón, pero atajó abajo Cobeño. Entre tanto, el Rayo buscaba profundizar por la banda que defendía Cancelo (muy irregular). Los visitantes querían salir de la oscuridad, pero les faltaba dar un paso adelante, orden y algún futbolista en el medio campo que organizase su fútbol.

Superada la hora de partido, De Paul se sacó un potente derechazo desde la frontal, que enmudeció durante un segundo a Vallecas, pero que se fue fuera por poco. El Valencia, que presionaba arriba, mostraba muchos problemas en el centro del campo. Faltaba alguien que concertase el juego. Los de Nuno acumulaban muchos metros corriendo detrás del balón, mientras los rayistas se encontraban cómodos y gestionando el resultado, pese a ser corto. Sólo De Paul, con alguna asociación con Piatti, le daba algo de sentido en acciones ofensivas del Valencia.

Cobeño se acabó aliando con los visitantes. Mustafi dio un pase largo para la carrera de Paco Alcácer, pero el delantero no llegó. Cobeño salió para blocar abajo, pero se le escurrió el balón ante el delantero internacional, que recogió el balón y acabó empatando a puerta vacía. Lo valido son los goles, pues por merecimiento el Valencia lograba un premio excesivo con las tablas. No fue hasta el minuto 77 cuando Nuno dio entrada a André Gomes para, a priori, jugar con criterio el balón. Incluso recurrió a Negredo en la recta final para sacar un resultado mayor en Vallecas. Al Rayo le costó más desde la acción del gol del empate. En un intento de los de Jémez por sacar el balón jugado desde atrás, el Valencia recuperó en zona de tres cuartos y De Paul recibió en el interior del área, algo escorado a la derecha, y le pegó al balón fuerte y cruzado para hacer el 1-2.