Sobredosis de derbis

El partido de mañana en el Santiago Bernabéu será el octavo Real Madrid -Atlético que se dispute en los últimos doce meses. Ocho duelos en poco menos de un año, una cifra de difícil precedente histórico que se salda con tres victorias madridistas, dos atléticas y dos empates.

La racha comenzó a finales de septiembre de 2013, con el encuentro que el Atlético ganó en el Santiago Bernabéu al inicio de Liga con un gol de Diego Costa. Un partido importante para el equipo de Simeone, porque dio alas a la candidatura liguera rojiblanca y porque, a la postre, Madrid y Atlético terminaron la temporada separados por solo tres puntos, lo que conviertió en capitales los duelos directos.

Después pasaron varios meses sin derbis hasta febrero, donde el azar les emparejó en la Copa del Rey y el Real se impuso tanto en la ida en el Bernabéu (3-0) como en la vuelta en el Calderón (0-2), un paso clave para que los madridistas consiguieran uno de sus dos títulos de la temporada pasada.

Tras lo que fue uno de sus momentos más bajos de la temporada, el Atlético se repuso para conseguir un empate tres semanas más tarde, el 2 de marzo (2-2), que le mantuvo vivo en la pelea por el campeonato de Liga. A partir de ahí hubo un impas hasta el derbi de todos los tiempos: la final de la Copa de Europa .

En Lisboa, en el primer duelo entre equipos de la misma ciudad en la final de la Champions League, el gol de Sergio Ramos en el minuto 93 agotó las aspiraciones del Atlético. «Lisboa fue un sueño roto, nunca se va a olvidar», reconocía Gabi esta semana. Una de las victorias más grandiosas de la historia blanca, sellada con los tres goles en la prórroga de Bale, Marcelo y Cristiano (4-1), y el derbi madrileño más recordado de la historia.

Será difícil, casi imposible, que cualquier otro duelo capitalino alcance el dramatismo, la tensión y la relevancia de aquel. La resaca de Lisboa llegó en forma de la Supercopa de España , donde el Atlético se llevó en la vuelta, en casa (1-0) un título que empezó a ganar con el empate en Chamartín (0-0).

El de mañana, aunque sea el número ocho, es un punto y aparte, un reinicio a la rivalidad con los precedentes en mente pero con las cuentas vacías. La primera piedra de un nuevo curso de duelos entre los dos grandes clubes de Madrid.