La restaurada estatua de Ayrton Senna, lista para un homenaje en Ímola

Allí en la curva de Tamburello donde se estrelló el genial brasileño, no caben más banderas en las vallas de protección situadas unos metros más allá de la estatua que rinde culto al piloto con más carisma de la historia de la F1. Senna murió hace 31 años (1 de mayo de 1994) en el giro a izquierdas que tantas veces ha visto pasar a pilotos de la máxima categoría.

Ayrton Senna, su leyenda, su mítica velocidad, el carisma que rezumaba según cuentan las personas que lo conocieron, es un referente para los pilotos de Fórmula 1, sobre todo para los más veteranos que se lanzaron al mundo del karting por la influencia del brasileño.

Ese lugar en el parque Acqua Minerale del circuito italiano es un punto de culto para los aficionados de medio mundo, que acuden a depositar flores, colcoar banderas o fotografías de su ídolo. Senna está enterrado en el cementerio de Morumbi, en Sao Paulo.

La estatua en Ímola fue estrenada en 1997 y ha sido objeto de vandalismo en numerosas ocasiones, las dos últimas el pasado diciembre. El Ayuntamiento de Imola reaccionó ante estos actos salvajes: «La administración municipal condena los actos de daño perpetrados contra ciertos elementos de la memoria dejados por personas cercanas al monumento a Ayrton Senna, que representan un gran patrimonio de la ciudad, que demuestran el amor, cariño y estima con que recordamos al campeón, a quien la ciudad está visceralmente vinculada.»

El ayuntamiento emitió un decreto que prohíbe la entrada al parque con botellas de vidrio y cualquier tipo de alcohol, con el fin de erradicar los actos de vandalismo, a menudo cometidos por personas demasiado borrachas durante los períodos festivos.

La efigie de Senna ha sido restaurada por dos artistas, Alessandro Rasponi y Mauro Bandini, quienes se han dedicado a limpiar y preservar este monumento.