Los sábados amargan a Alonso

Bahréin, trazado de por sí poco agradecido para McLaren, confirmó los peores presagios. A una vuelta, el McLaren carece del ritmo necesario para pelear con los mejores, y ya fue casi un milagro meterse en la Q2. Un accidente de Verstappen condicionó todos los planes y obligó a Alonso a apretar los dientes en su última intentona. Se salvó por los pelos, con exactamente el mismo tiempo que firmó Grosjean con su Haas (1:30.530). Como el asturiano lo registró antes, el premio se lo llevó él.

Ya en la Q2, Alonso deambuló sin mayores expectativas. No se puede decir que su vuelta fuera mala, en absoluto, pero McLaren no es ahora mismo el coche más fiable del pelotón, así que se fue a la ducha sin opción alguna de pelear por una posición mejor. Le alivia ser más rápido que su compañero Stoffel Vandoorne, que saldrá justo detrás. La amenaza es precisamente Verstappen, decimoquinto con su Red Bull por el mencionado trompazo que dejó su bólido hecho trizas.

En la zona noble, se disfrutó de un sábado apasionante que destapó lo mejor de Ferrari. Vettel superó sobre la bocina a Raikkonen y se confirma la evolución de los coches rojos, en condiciones de aguantar el pulso de Mercedes. Bottas fue tercero y Hamilton cuarto, aunque será castigado con cinco posiciones por cambiar la caja de cambios y saldrá desde el noveno cajón, por delante de un Carlos Sainz que se conformó con la décima posición . Llama la atención la sexta plaza de Pierre Gasly, un salto de calidad de Toro Rosso con el motor Honda que tanto torturó a McLaren. Pero, ya lo dice Alonso, queda el consuelo de que los puntos se reparten los domingos.