Ricciardo rompe a Mercedes

El nuevo icono de la Fórmula 1, vencedor más joven de una carrera en la historia, brillante triunfador en Barcelona, el adolescente Max Verstappen probó la hiel de Mónaco, esas protecciones que no perdonan un centímetro en el error. Chocó el niño Max con una valla al girar la rueda en la zona de la piscina del puerto monegasco y surgieron sabañones en la piel de la escudería Red Bull, que tenía aspecto de candidato en Mónaco. Verstappen fue uno de los eliminados, con el coche destrozado, en la Q1. De tapadillo, inevitables, surgieron sonrisas socarronas en alguno de los muchos enemigos que ya se han agenciado Max y su mentor Helmut Marko, por ejemplo el defenestrado Kvyat o Daniel Ricciardo.

Fernando Alonso lleva media vida conduciendo por las calles de Mónaco, donde ha ganado dos veces, y está ahora en otra historia. Recuperando terreno como las hormigas. Le costó un dolor de muelas entrar en el top 10 de la Q3. Todos los pilotos estaban apretadísimos, en menos de una décima en la mitad del pelotón, y esta vez salió cara para el español.

La Q3 fue una sinfonía de problemas para Hamilton. Arrancó la sesión con problemas en el motor y la terminó desbocado, marcando el tercer mejor tiempo en el último segundo. Ricciardo hizo una vuelta casi perfecta, un 13.6 que le otorga muchísimas posibilidades de ganar este domingo en Mónaco.

Alonso llegó hasta donde llega el motor Honda y la aerodinámica del McLaren, décimo. Brillante Carlos Sainz , por delante de su compañero Daniil Kvyat. Fue séptimo. Los dos españoles ganan una posición (Alonso, noveno, y Sainz, sexto) por la sanción en la parrilla a Kimi Raikkonen.