gran premio de la india
Un deporte para los «súper ricos» de la India
Las entradas para el Gran Premio en el circuito de Buddh valen un tercio de los ingresos mensuales medios de los indios, y el trazado ha costado 280 millones de euros
Un deporte para los «súper ricos» de la India
Cualquier aficionado a la Fórmula 1 que quiera acercarse este sábado al Gran Premio de la India en Buddh tendrá que desembolsar, como mínimo, 35 euros . No parece una cifra excesiva desde una óptica occidental. Pero sí lo es ... para los indios, cuya renta per cápita mensual está por debajo de los 100 euros.
Al cóctel de bólidos hay que añadirle la música de Metallica —darán un concierto tras la carrera— y la de Lady Gaga , que cantará el domingo en un recital mucho más exclusivo: solo para 1.000 personas, y a casi 600 euros la entrada.
El repaso a las cifras se completa con los mastodónticos costes que ha tenido el circuito: 280 millones de euros , la mitad para su construcción y la otra mitad para la compra de derechos que garantizará que Buddh albergue un gran premio durante los próximos diez años.
Así, esta zona del extrarradio de Nueva Delhi se garantiza un futuro de lujo y "glamour". La intención es atraer, con el tirón de la F1, la presencia habitual de estrellas del cricket y el cine de Bollywood, las dos grandes pasiones del país.
Tanto dispendio ha desatado una inevitable polémica en una nación con una riqueza nacional disparada, pero cuya renta per cápita anual apenas supera los 1.000 euros y que concentra el mayor número de pobres del mundo . Dicho de otro modo, en un país con tanta desigualdad entre ricos y pobres, los alardes de desmadre económico molestan.
La responsable del circuito es una empresa privada, pero aún así, alimenta la sensación de que se está haciendo un gran desembolso en un deporte considerado en India patrimonio de los "súper ricos". A la atleta india retirada P. T. Usha , apodada por sus compatriotas "la reina del atletismo", no le ha gustado nada la llegada de la Fórmula 1: "Es algo ajeno al 99 por ciento de los indios".
El campeón Sebastian Vettel también ha hablado de la pobreza india, aunque con apreciable candor: "Fuimos al Taj Mahal, que es un sitio muy turístico, pero el camino de ida y el de vuelta me enseñaron muchas más cosas sobre el país, sobre lo que pasa y cómo vive la gente. Comparado con Europa, el estándar de vida es bastante más bajo, pero a los indios no parece importarle. Son felices, siempre amigables. Es algo que te pone los pies en la tierra, que te hace entender muchas cosas".
El país del cricket
La visión del alemán puede parecer ingenua, pero no es nada comparada con la de un Lewis Hamilton ajeno a la controversia y encantado de conocerse de nuevo, que se ha mostrado satisfecho con su viaje a la India por el baño de masas que se ha dado: "La gente quería verme, tocarme, ver mi coche. En un evento para el que se esperaban 5.000 asistentes aparecieron 40.000". Y añade: "La gente aquí es fanática, está loca por las carreras. Pensaba que nada les gustaba tanto como el cricket, pero creo que son igual de forofos de las carreras de coches".
Más allá del amor propio de Hamilton, su apreciación del cricket es muy certera: en India es el deporte más popular y uno de los pocos nexos de unión que tienen ricos y pobres, que lo siguen con el mismo entusiasmo. Aunque tampoco está a salvo de la "glamourización": con la fundación de la Premier League india y el salto al estrellato cinematográfico de jugadores-estrella como Preity Zinta y Shilpa Shetty, el cricket está adoptando nuevos modismos de exclusividad.
La imagen que mejor ilustra la pugna entre pobreza y ganas de aparentar lujo de la India es la de las protestas de los granjeros de la zona de Buddh , cuyas tierras estaban donde hoy se encuentra el circuito y se vieron forzados a vender. Los granjeros protestan porque se les pagó un precio muy bajo, mientras que el director de la empresa que lo gestiona repite que no hay "ningún problema" con ninguna de sus tierras, y que no hay "ninguna amenaza" para la celebración del Gran Premio.
Evitar las chapuzas
Por si fuera poco, India se juega su prestigio internacional como potencia deportiva. No solo va con retraso en esa peculiar carrera que mantienen las naciones emergentes por organizar grandes eventos deportivos —China ya tuvo sus Juegos Olímpicos, Sudáfrica su Mundial de fútbol, y Brasil tendrá el suyo en 2014—: tiene además fama de mala organización .
Los Juegos de la Commonwealth que organizó el año pasado fueron un caos. Y los días previos al Gran Premio parecen estar revalidando aquel desastre organizativo. Los pilotos se han quejado de la suciedad del circuito y de los cortes de luz que interrumpieron las ruedas de prensa del jueves. La guinda del pastel la han puesto varios perros callejeros que se han colado en mitad de la pista , forzando el retraso de la primera sesión de entrenamientos.
Ver comentarios