El halo salva a Hamilton, McLaren abruma en Monza

Venía la carrera en tono medio cuando se desencadena la tormenta, como siempre en la Fórmula 1 de manera imprevista, abrumadora. Salía Hamilton de los garajes para exprimir su posición en el podio y su opción de ganar ante los McLaren. S e incrusta entre Norris y Verstappen, un sandwich de doble cara, justo al final de la recta de meta, doble curva a derecha e izquierda, mínimo espacio para dos coches. Verstappen y Hamilton se colocan en paralelo y del encuentro saltan chispas porque el holandés de no cede y el inglés no se arruga.

El desenlace es inaudito. Verstappen pisa las bandas laterales y su Red Bull sale disparado, como un ciclista al hacer el afilador , de tal manera que el coche energético se sube a la grupa del Mercedes con el consiguiente peligro para Hamilton. Le pasa por encima el monoplaza de su rival, a todo lo largo, desde el alerón delantero hasta el trasero, también la rueda trasera derecha que literalmente sobrevuela la cabeza del campeón británico.

Le salva el halo, el arco protector que hace años ideó la FIA para proteger la parte más débil de los pilotos de carreras, la cabeza. La rueda no dobla el halo y Hamilton se salva. Aunque tenga el disgusto de retirarse de la carrera y anotar un cero, es para felicitarse porque el artilugio le salva de un drama. «Esto es lo que pasa cuando no se deja espacio», se queja por la radio Verstappen, siempre en el punto medio entre la acidez y la ambición desmesurada. Luego, el holandés fue sancionado por los comisarios con tres posiciones en el próximo gran premio, en Sochi (Rusia).

Los dos líderes del Mundial se retiran y dejan la carrera ardiente porque el triunfo está en manos de McLaren la histórica escudería , toda la vida en la Fórmula 1 junto a Ferrari, el Gran Premio de Mónaco y pocos símbolos más, imperecederos y eternos. Ricciardo sale mejor que Verstappen en la larguísima recta hacia la curva de marras y mantiene la punta de principio a fin.

McLaren no gana una carrera desde 2012, con Jenson Button en Interlagos, una eternidad para un equipo que se acostumbró desde su primer día en este deporte a combatir y a pelear por los éxitos. No lo consiguió con Checo Pérez, Magnussen, Vandoorne, Alonso, Sainz, Norris...

Lo consigue con Daniel Ricciardo, el australiano fichado esta temporada que comenzó titubeante y ha empezado a coger el tono y el ritmo de un coche que es muy veloz en circuitos rápidos con el motor Mercedes. Es un día grande para el equipo británico , ya que Lando Norris logra el segundo puesto en Monza y, por tanto, un doblete sensacional para la factoría de Woking. «Nunca me fui», recuerda Ricciardo, quien es propietario de ocho victorias en la Fórmula 1, siete con Red Bull, una con McLaren.

Los españoles se mantienen en una solvente colocación, puntos muy valiosos para Carlos Sainz, que ha vivido un fin de semana de mucho estrés. Sexto por detrás de su compañero Leclerc, sin cometer errores. Y octavo Fernando Alonso , más puntos para él, tan competente con un bólido que no tenía velocidad para validar algo parecido a un éxito en Monza.