Rival o escudero para Fernando Alonso

Hay un morbo especial por captar la primera imagen juntos de Alonso y Ron Dennis, el jefe supremo del equipo inglés. La relación entre ambos en 2007, el único curso en el que Alonso compitió con McLaren, fue más que tormentosa. Dennis se posicionó del lado de Hamilton en la cruenta batalla dialéctica y deportiva que mantuvieron ambos pilotos, y que acabó dando el título a Raikkonen.

La relación parecía dañada para siempre, pero la necesidad les ha vuelto a unir. Dennis abandonó los grandes premios en 2009 para relanzar la división de coches deportivos de la marca, pero regresó esta temporada de su destierro para reflotar a un equipo cuyo rendimiento ha caído en picado en los últimos años (ni una sola victoria en 2013 y 2014 y solo dos podios en la temporada recién terminada). De la eficacia de su gestión y del comportamiento del nuevo motor Honda que McLaren estrenará en exclusiva el próximo año, dependerán buena parte de las opciones de Alonso de volver a luchar por su tercer campeonato del mundo.

Pero la mayor novedad de este día se centra en conocer el nombre del compañero de Alonso: Jenson Button o Kevin Magnussen. Los dos compartieron garaje en McLaren la última temporada, pero uno de los dos se va a quedar sin sitio. Pese a los miles de rumores surgidos en las últimas semanas, el hermetismo en la fábrica de Woking ha sido absoluto y apenas hay pistas sobre de qué lado caerá la balanza. Button supone, a priori, una mayor amenaza deportiva para Alonso.

El piloto inglés, campeón del mundo en 2009, cuenta con el apoyo de la facción inglesa de McLaren -salvo el del propio Dennis, que apuesta por Magnussen y también tiene el visto bueno Alonso, que mantiene una muy buena relación con él-. Ambos compartieron equipo en el ya lejano 2001, en Benetton. Button como piloto titular y el español como probador. De Button se valoran su profesionalidad y la experiencia de sus cinco años en el equipo, aparte de que ya ha trabajado en el pasado con Honda. En contra tiene su alto salario, unos doce millones de euros anuales, y las dudas de su compromiso en un plan a largo plazo.

En el otro lado está Magnussen. El danés, que arrancó el curso con un extraordinario segundo puesto en Australia, ha cumplido con buena nota en su primer año, aunque su rendimiento, al igual que el del equipo, fue decayendo con el paso de las carreras. Sus 22 años recién cumplidos contrastan con los 35 de Button, y sería un escudero perfecto en un proyecto con Alonso de jefe de filas. Además, cobra poco, algo que gusta especialmente a Dennis, y McLaren se ahorraría la habitual lucha de egos entre dos pilotos campeones. Hay otra razón de carácter más sentimental. Magnussen entró en la F-1 vía McLaren. Fue una apuesta personal de la escudería al ver en él a un futuro campeón del mundo. Dejarle fuera después de solo un año de aprendizaje sería un duro golpe para su imagen. Ya fracasaron en la apuesta por Sergio Pérez, y sería el segundo fiasco consecutivo con un piloto prometedor.