Simon Yates frena el ímpetu Van der Poel

Simon Yates es un ciclista de segundas oportunidades, un corredor inteligente que ha encontrado su sitio. No es capaz de ganar el Tour (séptimo en su mejor participación) y se emplea a fondo en la Vuelta (venció en 2018) o en el Giro (tercero el año pasado), allí donde los grandes del ciclismo no concentran su ambición.

En Budapest, divisando el puente de las Cadenas y sufriendo en el empedrado que sube a la antigua ciudad de Buda, Yates dio un inesperado mordisco a la general y a la moral del resto de contendientes.

«Seguro que esta es mi mejor victoria en contrarreloj. Por supuesto, estoy muy feliz. Es un poco inesperado. Rodé lo más rápido que pude, también en llano. Nunca tuve confianza para ganar hasta que Mathieu van der Poel cruzó la línea . Hoy fue solo un esfuerzo de 10 minutos. Todavía quedan muchos más por venir», declaró el británico.

La victoria no tiene mayor trascendencia en tiempos en la general, con todo lo que queda por delante, montaña a espuertas, empezando este martes en la subida al Etna, en Sicilia. Yates le tomó tres segundos a Van der Poel, 28 a Carapaz, 18 a Almeida, 19 a Nibali, 24 a Bardet y 33 a Mikel Landa , quien inesperadamente cedió muy poco tiempo.

Es el fin de semana Van der Poel, que este domingo tiene otra opción de victoria, aunque más reducido, en un esprint masivo. «Hubiera firmado esta actuación antes del comienzo. Hice una muy buena crono. La diferencia con el primer puesto estuvo muy cercana. Sigo un día más con la maglia rosa, tal vez más porque debería ser un esprint mañana, y estoy muy contento con eso».