Pogacar afianza el maillot amarillo en los Alpes

Tras las escandalosas caídas de las primeras jornadas y las epopéyicas actuaciones de Cavendish y Van der Poel , este fin de semana arrancaba el sufrimiento. Llegaba el Tour a la alta montaña alpina y aparecía, al fin, el clásico heroísmo que tiñe de nostalgia a esta cruel y bella vuelta. Pogacar, en una exhibición para el recuerdo, había reventado el Tour en la etapa de ayer (la octava) y pocos ya se atreven a discutir la hegemonía del joven esloveno, que apunta a leyenda. Se vistió de amarillo prontísimo, en la primera semana de carrera, y sus piernas, implícitamente, indican que lo conservará hasta los Campos Elíseos.

La etapa de hoy, también de alta montaña para el suplicio del pelotón, unía Cluses con Tignes , una comuna francesa cercana al límite de la Saboya con el Piamonte italiano. 145 kilómetros con dos puertos de segunda, dos de primera y el temido Cul du Pré de categoría especial. No decepcionó. Fue una carrera fiel al ciclismo de los Alpes, donde el frío, la lluvia y las cuestas casi verticales coprotagonizaron el día junto al joven ciclista balcánico, que tiene claro acabar con la emoción y conseguir su segundo Tour consecutivo con tan solo 22 años.

Previamente, esta etapa había confirmado que Van Aert claudicaba, que 'Superman' López estaba viviendo una agonía y que Enric Mas , tras una fea caída que le dañó el costado izquierdo, no parecía una amenaza seria para agitar la etapa, pero aguantó en la cabeza del pelotón al rebufo de los gregarios del UAE y sorprendió en los kilómetros finales. Por otra parte, esta jornada también confirmó el abandono del dolorido Primoz Roglic y el icónico Van der Poel , que tras su exhibición en esta primera semana de Tour, ha decidido dedicarse plenamente a la preparación de los Juegos Olímpicos.

La escapada de la etapa tenía acento colombiano. Higuita y un Nairo Quintana descartado para la general y cuyo mayor objetivo en este Tour es el maillot de lunares (y si es posible, rascar alguna victoria). Juntos ascendieron los grandes picos abriendo una brecha de nueve minutos con la cabeza del pelotón. Pero a ambos se les adjuntó el escalador del AG2R, Ben O'Connor . Tapado y sin levantar mucho la voz, arrancó en el principio del último puerto de la etapa, el Monteé de Tignes, donde en su cima acababa la agonía de hoy. El objetivo de O'Connor no era otro que vestirse de amarillo y arrebatar la gloria por unos pocos días al talento esloveno. De hecho, estuvo varios minutos como líder, hasta que el UAE agitó al pelotón y arrastró a su mejor hombre de nuevo al 'jaune'. Sin embargo, el australiano contempló la pájara de Nairo y, ya a solas con Higuita, decidió atacar para alzarse con la etapa. Gran decisión que le dejaba en solitario a 17 kilómetros de la meta.

El primer final en alto de esta edición, la resaca de la etapa anterior y la incertidumbre de los perseguidores de Pogacar, que no se sentían con fuerza para incomodar al balcánico, parecían haber dejado la última ascensión huérfana de acelerones. Pero Carapaz, a falta de dos kilómetros decidió apurar sus opciones y atacó al esloveno. Pogacar, calmado, siguió su rueda y contraatacó con la misma fuerza del día anterior . Nadie pudo seguirle en una nueva e impresionante muestra de exuberancia física.

O'Connor llegó en solitario a la meta y, emocionado, consiguió su primera etapa en el Tour. Por su parte, Enric Mas despertó y atacó a sus competidores por el podio en el último kilómetro de la etapa. Pese a su aparatosa caída, el balear demostró estar fresco de piernas. Aspira a mejorar la quinta posición que logró en el Tour anterior. Mañana, jornada de descanso.