baloncesto / acb
El Madrid le enseña al Tenerife quién manda en la liga
Partido redondo de los blancos (68-79), que mantienen el liderato y aumentan a 15 su racha de victorias
Así está la clasificación de la ACB

El Real Madrid ha alcanzado la velocidad de crucero, su mejor versión, en el momento crucial de la temporada. Los blancos dieron todo un recital ante el Tenerife (68-79), el único conjunto capaz de seguirle el ritmo en la ACB, mantuvieron el ... liderato y aumentaron a 15 su racha de victorias entre todas las competiciones. El éxito, como en las últimas semanas, fue coral, y eso que Chus Mateo redujo el minutaje de muchas de sus estrellas de cara al decisivo encuentro del martes, en el que sus pupilos se jugarán el pase a los playoffs de la Euroliga ante el París. Sin grandes actuaciones de Tavares, Hezonja, Musa o Campazzo, el equipo merengue se aupó en la defensa y en los que hasta hace poco apenas pisaban el parqué, como Fernando, Garuba o Feliz. De hecho, el angoleño firmó su mejor encuentro de blanco desde que llegó el pasado enero: se fue hasta los 10 puntos y 10 rebotes, frenó las penetraciones canarias y sembró el terror cuando pisó la pintura.
Tenerife 68 - 79 Real Madrid
Jornada 27 de la liga ACB
- Tenerife Fitipaldo (0), Jaime Fernández (7), Scrubb (4), Abromaitis (15), Kostadinov (4); Kramer (12), Drell (7), Huertas (9), Shermadini (10), Costa (0), Badji (0), Doornekamp (0).
- Real Madrid Campazzo (0), Abalde (9), Deck (5), Garuba (6), Fernando (10); Rathan-Mayes (9), Hezonja (16), Musa (5), Tavares (10), Llull (1), Feliz (8), Hugo González (0).
La mejoría defensiva del Madrid, una de las bases de su impresionante racha de victorias consecutivas, hizo acto de presencia en Tenerife desde el salto inicial. Los blancos cortaban los excesos canarios con facilidad, corrían como búfalos en estampida y, tras una gran penetración de Abalde, el electrónico les señalaba un favorable 3-10. Necesitaban los locales a su héroe, un tal Marcelinho Huertas, y su magia solo tardó unos segundos en levantar a las gradas. Primero, asistió con un pase por la espalda a su sempiterno compinche, el georgiano Shermadini, para después anotar un triple fantástico. Kramer se animó tras semejante espectáculo y sumó cinco puntos consecutivos, una gran batería que fueron capaces de contrarrestar unos gigantes Tavares y Feliz, que aseguraron la ventaja blanca hasta el final del primer cuarto (15-23).
El juego del Madrid era sencillamente excelente, su candado era cada vez más asfixiante y destrozaba sin miramientos la zona tinerfeña, cargas lideradas por unos valerosos Garuba y Fernando. Una buena racha de los locales desde la línea de tres puntos hizo pensar en un posible abordaje, aunque la imponente reacción de Rathan-Mayes, nueve puntos en el segundo cuarto, devolvió la calma al banquillo merengue. El estonio Drell, con menos de un mes en la disciplina canaria, quiso hacerle competencia al canadiense y, después de un triple y de un inesperado dos más uno ante la mole Fernando, puso a los suyos a 12 puntos. Volvió a aparecer Shermadini, capaz de imponerse incluso a Tavares, para dar esperanza de cara a la segunda mitad (34-45).
Mostraba todo su arsenal el Tenerife, las internadas de Shermadini volvían a ser una incógnita para Tavares mientras que las virguerías paulistas de Marcelinho permitieron a los canarios colocarse a ocho tantos, la mínima desde la primera manga. El Madrid, sin embargo, encajaba los golpes a la perfección, como el más curtido de los boxeadores. Nunca perdía los nervios y siempre encontraba alguna fisura por la que colarse hacia el aro rival. Hezonja mostraba su versión más trabajadora, ganándose los puntos a base de fricción, y tras un inverosímil dos más uno de Musa, que no había disputado ni un minuto en la primera mitad, los de Chus Mateo dejaron el duelo listo para sentencia (49-66).
Se entregaron los de Txus Vidorreta al tiro de tres, arriesgada estrategia que, pese a regalarles alguna sonrisa esporádica, no hizo más que facilitar el tramo final a sus rivales. Tavares, con el cansancio hecho rey del duelo, machacó el aro a placer, aunque tanto él como sus compañeros ni mucho menos bajaron las pulsaciones en defensa, la clave de una gran victoria madridista y de su impecable hacer en las últimas semanas.
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