Francia escapa de su propia trampa

El combinado francés empezó el partido atenazado por el miedo. En la mente de todos los jugadores estaba la posibilidad de una derrota que, más que fracaso, hubiera sido un ridículo . No funcionaba nada y, para colmo, todo funcionaba en Grecia. Hasta el ataque, la razón de buena parte de los desvelos que han perseguido a esta versión tan descafeinada que se ha presentado en Lituania.

Aupados por la excelente combinación de Calathes y el ya veterano Fotsis, abrieron un parcial de 11 puntos que encendió todas las alarmas en el país vecino. Fuera por ese miedo o por acusar esa relajación que acompañó a la derrota frente a España, tuvo que salir Nando de Colo para engrasar la maquinaria . El jugador del Valencia Basket, habitual en estas combustiones, anotó 10 puntos que ayudaron a restablecer el empate inicial (21-21).

Aguantaron los helenos gracias al coloso Bourousis, imparable en ataque y, como confiesa su aspecto, rocoso en defensa. Grecia perdió su acierto y volvió a dar su imagen más usual en este Eurobasket . Muy limitada en ataque, apocada ante la gran capacidad atlética de los franceses, que llegaban a puntear cualquier tiro.

El partido reclamaba la irrupción de alguien que marcara diferencias y sobre el parqué sólo había uno con esos poderes. Se llama Tony Parker, y es dueño de una rapidez y un dominio de balón que le hacen indefendible para cualquier otro base europeo. El jugador de origen belga dinamitó un parcial de 9-0 que dio concedió a su selección una ventaja que ya no soltaría (49-45). Parker, uno de los que descansó contra España, hizo suyo el final de partido y le mandó un mensaje a su entrenador: él ha venido a competir.